Me despertó con un pinchazo en el cuello nuevamente.... Abrí los ojos de repente y vi a Anya quitando otra aguja de mi cuello, antes de apuñalarme una vez más con otra.
¿Qué estaba haciendo?! ¡Ella iba a matarme! Es cierto que había querido morir, pero no a manos de ella.
—Anya, ¿qué estás haciendo? —dije adormilado, mi cabeza y mi rostro aún adoloridos por cuanto me golpeó antes.
Ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado desde que me noqueó. Parecía que había bloqueado todas las ventanas de la cabaña con cartón o algo similar, así que era difícil saber qué hora era realmente.
Además, con el dolor de cabeza por los golpes y también por el acónito que parecía estar administrándome, estaba confundida, mareada y luchando por mantenerme despierto.
—Asegurándome de que no intentes c
