Capítulo 3

2039 Palabras
La fe… Cuando era pequeña, tenía fe en que podría ser libre algún día de aquel demonio que me atormentaba, pero no fue así. A medida que fui creciendo, perdía la fe. ¿Por qué la pierdas Mady?, esa era una de las preguntas que me hacían muy seguido. Siempre solían decirme que no debía perder la fe, porque solo con ella, podría vivir de forma tranquila. Pero… Durante muchos años, no fue así. Me levantaba a las 3 de la mañana asustada, rogaba para que nadie entrara en mi habitación y me atormentarán. Tuve miedo, era tan grande ese temor que sentía, que empecé a tener problemas para dormir, tenía miedo de cerrar mis ojos, tenía miedo de hablar, tenía miedo de ser feliz… A causa de aquel demonio que me atormentaba, perdí la fe por mucho tiempo. Deje de creer en mí, deje de creer en los demás. Me perdí, era como estar en la derivada. Era como si nunca me fuera a volver a encontrar conmigo misma… Me he cuestionado demasiado sobre la fe, no sabía si realmente valía la pena en tener en fe en algo y sobre todo en alguien. Ya que, hasta, desconfiaba de mí misma. Cuando me di cuenta de que la ansiedad y la depresión se estaban apoderando de mí, empecé a perder la poca fe que tenía. No sabía si tendría salvación alguna, me distancie de las personas, cree un mundo donde solo existía yo. Uno donde nadie podía entrar, uno donde nadie me podía lastimar… Había creado un mundo, donde solo la soledad y yo existíamos… Cada vez que sentía que me daba ataques de ansiedad, me encerraba en mi habitación y comía y comía, solo para calmarme, lo cual conseguía después de un buen rato. Pero, cuando sentía que era la depresión quien me atacaba, era distinto. Porque era difícil combatir contra ella, era tan difícil, que siempre debía sonreír para fingir estar bien. Cuando por dentro, sentía que estaba rota en mil pedazos. Era como si estuviera combatiendo contra demasiados demonios que querían apoderarse de mí, era como si quisieran acabar conmigo. Es difícil luchar contra ella y más cuando has perdido la fe de ser salvado, por alguien o incluso por ti mismo. Nada es igual, las personas que sufren de depresión piensan en tantas cosas al mismo tiempo, que siente que se está volviendo loca, siente que nadie lo va a entender, siente que será rechazado si dice la verdad. Las personas que no sufren de esta enfermedad, nunca entenderían la realidad de lo que significa combatir contra ella a diario. Hay momentos en los que uno se siente bien, en los que crees que estás libre de ella y podrás crear un vínculo con alguien, pero cuando lo vas a hacer, te ataca de nuevo. Es como si no quisiera que fueras feliz nunca, como si no quisiera dejarte rodear de personas, es como si quisiera consumirte poco a poco, hasta dejarte en nada… Es difícil sobrellevar esos sentimientos que te producen la depresión y es peor, cuando la ansiedad se une a la depresión… No sabes cómo salir de tu mundo para interactuar con los demás, no sabes cómo volver a creer en ti y en las demás personas… Cuando era pequeña, perdí las esperanzas y la fe, todo a causa de aquel demonio que me atormentaba. No volví a creer en mí y en el potencial que tengo como ser humano… He dudado por años sobre qué hacer con mi vida… Incluso ha sido tan difícil que a veces ni siquiera sé si comer un helado de chocolate o uno de fresa… Siempre he creído que aquellas personas que han tenido que sobrevivir a la depresión y a la ansiedad, todo a causa de algún trauma que han vivido, son personas fuertes. Porque… Sonreír y fingir alegría todos los días, no es fácil… No es fácil salir de tu casa y fingir una sonrisa en todo el día, reír con alguien, cuando en realidad deseas llorar, cuando deseas encerrarte en tu mundo, porque es como una guarida para ti, una donde te aleja de todo tipo de dolor que te puedan causar… No es fácil… También he visto y he vivido en carne propia el rechazo, el juzgamiento y la crítica por parte de aquellas personas que no han experimentado el dolor que yo he vivido, no solo yo… Creo que muchos que sufren de depresión, podrán entender, ese vacío y ese dolor que causan muchas veces las palabras y las acciones de las personas que amamos. Te sientes… Como si ellos, te asesinaran con cada palabra que dice… Por ejemplo, cuando te dicen que no debes comer, porque te engordas o cuando te dicen, no te vistas de esa manera, porque te ves horrible, entre muchas otras cosas... Puede que muchas personas digan o crean que no lastiman a esa persona con esas palabras, pero lo cierto, es que no es así… A diario se lucha por tratar de aceptaros a nosotros mismos, por tratar de amarnos y cuando te acercas para decir cosas negativas, nos hacen perder la poca fe que queremos tener en nosotros mismos, nos hacen odiarnos más de lo que ya lo hacemos… Intentamos no odiar a esa persona que nos dicen cosas malas, porque siempre ese odio cae en nosotros mismos. Y es difícil tener que engañar a los demás de que eres feliz, cuando en realidad es más difícil cuando tratas de engañarte a ti mismo… Es una lucha… Una lucha, en donde muchas personas han perdido… Es una lucha en donde nunca seremos comprendidos y menos apoyados… Una donde pasan tantas cosas por nuestra mente, una donde no sabes si es mejor dormir para siempre o despertar a diario… Desde que empecé a vivir con mis propios demonios, he luchado todos los días, por no cometer una locura, porque a veces quiero tener fe de que hay salvación para mí, de que podré hacer muchas cosas buenas en esta vida… Pero también hay momentos en los que simplemente quiero irme a un sueño lejano, un sueño donde no existan mis demonios, uno donde todo sea calmado, uno donde no exista dolor… A veces me digo, ¿cuándo seré capaz de vencer contra esos demonios?... ¿Cuándo seré capaz de sonreír de verdad?... ¿Cuán será que de verdad sea feliz?... A veces me pregunto… ¿Qué es lo que los demás ven de mí?... ¿Serán cosas buenas o cosas malas?, no lo sé… Creo que nunca sabré en realidad que es lo que pensarán, ya que muchas veces me dirán lo que yo quiero escuchar y no lo que de verdad debo escuchar… No lo sé… También suelo pensar sobre si existirá el día en que de verdad pueda creer en mí, ¿realmente hay alguien que cree o que creerá en mí?... No lo sé, esa es la verdad… Ha habido personas que me han dicho que creen en mí, ¿pero será real?... No lo sé… Honestamente, no sé, si realmente lo hacen o si solo lo dicen para hacerme sentir bien, lo que, si sé, es que no creo en mí, me he engañado por mucho tiempo, diciéndome que creo en mí y en lo que hago, cuando no ha sido así. Tantas cosas han pasado por mi mente, desde el momento en que perdí la fe… Tantas… Que todas son formas de hacerme daño, para no sentir más dolor… Este tipo de pensamientos son los que hacen que se pierda la batalla contra la depresión y contra la ansiedad… Lo intenté, muchas lo intenté… Pero siempre sentía que alguien a quien no veía me detenía para no cometer una locura, para que no me lastimara así misma… Era como si tuviera un ángel a mis espaldas, impidiendo que pierda mi batalla… Lo admito… He sido cobarde muchas veces, demasiada diría yo… Pero, han sido muchas veces en las que he sido fuerte… Como, por ejemplo, luchas contra mis demonios, pero han sido varias veces en las que he sido cobarde para luchar con ellos… Considero que no siempre es malo ser cobarde para sobrevivir, hay momentos en que, si se puede considerar como algo malo, pero creo que no siempre. Al menos eso es algo que yo pienso… A veces, debemos dejar de fingir, ser fuertes y mostrar nuestra vulnerabilidad, nadie es perfecto, nunca lo seremos, no somos dioses ni nada por el estilo, solo somos seres humanos, cometemos y seguiremos cometiendo muchos errores a lo largo de nuestras vidas. Pero hay momentos en que, cuando queremos mostrar nuestra vulnerabilidad, no es porque seamos débiles, sino porque a veces ya no podemos más con nuestra mentira, con nuestro engaño hacia nosotros mismos, pero hay momentos y hay personas, que te hacen obligar a no enseñarlos. Por eso, a veces las personas dicen que no tenemos sentimientos, que no somos personas sensibles, cuando es todo lo opuesto. También sentimos lo mismo que otra persona, es solo que aquellos que sufren de depresión, son los que más son sensibles y son los que más suelen entender a las demás personas, pero, en cambio, no siempre nos entienden a nosotros… No siempre entienden nuestro dolor… “Creí conocerme, pero fue un error” … Cuando escuche esa frase, fue en una de las canciones de unos de mis cantantes favoritos, se llama Lytos y la canción, déjame hablar contigo, dice tantas verdades… Creí que me conocía o que llegaría a conocerme, pero no es así… Llevo toda mucho tiempo tratando de conocerme, pero aún no lo logro… Malditos sentimientos, ¿quién los comprendiera? Son como un cuadro abstracto que no puede entenderlo cualquiera Muchos dicen saber quién soy tan solo con verme Y yo llevo toda una vida intentando conocerme Ya desde niño sentía las cosas intensamente Me enamoré inocentemente y lloré tantas veces Arriesgué mi vida por amigos y por gente Que hace años que no veo por estupideces He roto promesas que para mí eran importantes Porque dejé de sentir las cosas igual que antes ¿Cómo pude querer tanto y herir a esa persona? A veces, me siento un idiota porque el corazón no razona Siento cambios bruscos, ahora hace sol y ahora llueve Y eso que dicen que la regla es cosa de mujeres, ha Mi estómago parece una montaña rusa Sentimientos que se cruzan y crean una realidad difusa Y aunque suene a excusa, soy humano Hoy me quedo con lo bueno y aunque duela, pues aprendo de lo malo Hermanos que me traicionaron por una noche de placer Cicatrices que me recuerdan, cómo no quiero ser Creí conocerme, pero fue un error A veces la lógica es muy cómica y tiene una idea mejor Aunque crees que tú de esa agua nunca jamás beberás Te despertarás un día y querrás volver hacia atrás Dar lo bueno por hecho y ofuscarme con lo negativo Llegué a tocar techo a pesar de estar hundido Y es que el pesimismo es adictivo, siempre es el mismo castigo Es solo un espejismo, amigo, déjame que hable contigo Sé que lloraste bajo la ducha Y que cuando se habla uno a sí mismo, nunca se escucha Que tú siempre has estado cuando te han necesitado Pero te has ahogado solo cuando has pasado un mal trago Es en esos momentos en los que descubres a los verdaderos amigos Que, en realidad, valen la pena Y aunque hierva por dentro, en esas situaciones Acabas poniendo un muro y tu corazón se congela Y compungido lo lancé y se rompió en tantos pedazos Que no fue posible recogerlos ni con mil abrazos Creí que lo correcto era nadar con la corriente Pero en su defecto aprendí cómo hacerle frente Pero no siempre fui autosuficiente La opinión de la gente a mí me hundía y me hacían sentir diferente Y cuanto menos me importaba, más libre me sentía Y mi mente volaba al convertirlo todo en poesía Hubo un click en el que cambió toda mi perspectiva Decidí dejar de creerme mis propias mentiras Entonces me miré al espejo, me grité: "¡despierta" "Nadie va a venir a tocar a tu puerta"
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR