Suena mi teléfono. Busco en mi bolsillo trasero para contestar. Es Manni. Siempre atiendo sus llamadas, y definitivamente tomaré esta porque algo podría haber pasado en casa con la princesa. —¿Sí?—digo en el teléfono. —Hola, jefe, esto no te va a gustar. Encontraron a Pierbo muerto en los muelles esta mañana. Dijeron que fue un suicidio. Se ahorcó. —Mi respiración se detiene ante esa palabra. Suicidio. Como siempre lo hace. Y como siempre, pienso en mamá. Pierbo era uno de nuestros enforcers que seguía las actividades de Riccardo. Fue solo ayer que hablé con él. Trabajó sólidamente con Dominic para reunir información. Fue él quien se enteró de que Riccardo estaba mezclado con el cartel mexicano. Dominic hizo el resto de la averiguación. Esto es jodidamente sospechoso. —¿Estás seguro de

