Unas horas antes No quedaría más que una hora de noche cuando Lucas llegó al sitio que Selena le había indicado; un minúsculo almacén muy cerca de una zona de fábricas. No mediría más de unos treinta metros cuadrados, y multitud de cajas polvorientas reposaban en estanterías de aluminio y por el suelo, sin apenas espacio para moverse. Las cajas tenían el tamaño y la dureza suficiente para usarlas como asiento temporal, por lo que ocupó una en el centro, vigilando celosamente la puerta sin saber realmente qué hacía ahí, o qué debía pasar ahora. No se atrevió a encender la luz para no ser visto por algún vigilante de la zona o por curiosos que por una u otra razón pasaran por delante de su escondite, por lo que su única fuente de ésta venía de una farola a unos metros de su escondite. N

