Un Audi n***o esperaba en la puerta de la enorme mansión cuando Jake y tres de los hombres de Enzo salieron por la entrada. Sin mediar palabra, lo metieron dentro y una vez todos habían subido, el coche arrancó hacia algún lugar desconocido. Jake intentaba mantenerse sereno, pero comenzaba a pensar que su forma de actuar había sido precipitada. Si le obligan a disparar a gente inocente no se sentiría capaz de hacerlo, pero si atacaba a los tres criminales que iban en el vehículo con él, la misión no tendría futuro. —¿A dónde vamos? —preguntó para tantear el terreno, y comprobar si podía sacar algo de información. —Eso no te importa. Tú solo haz lo que te mandemos y saldrás con vida de esta. Era evidente que no conseguiría nada, así que calló y esperó, con el corazón en un puño, hasta l

