Por Ivana Cuando volvieron los chicos de la luna de miel, nos invitaron a cenar a su nueva casa, en realidad, aunque estaba totalmente remodelada, era la casa de los padres de Ludmila, se la regalaron a su hermano, ellos se habían mudado a un pueblo veraniego, les gustaba la tranquilidad. Esa casa, la del pueblo, estaba a nombre de mi amiga y así repartieron sus bienes entre sus dos hijos. Cuando Ludmi y yo, llegamos, ya estaban sus amigos, me quedé tranquila, porque no estaba Willy, pero canté victoria demasiado rápido. Al rato llegó él, con su inmensa y exuberante novia. -Siempre último. -Ni me hables, siempre esperándola, es molesto esperarla todo el tiempo. Willy le contestó a Ariel. Ok, se que no está cómodo con eso. Se me acercó, para seguir la ronda de saludos. Me dio un b

