—¡Claro que sí, Gus, y gracias de nuevo! —dice Eve con su sonrisa más radiante. Sale corriendo de la tienda, casi dando un gritito de alegría, se da cuenta de que dejó su carpeta en el mostrador, vuelve corriendo y lo encuentra esperándola. La toma, le da las gracias otra vez y se va a casa sonriendo todo el camino. Un rato después, recibe un mensaje de texto de Lily. Lily: Kim está de acuerdo. Pásate por allí y nos equipará. ¿Cuándo es la sesión de lavado? Eve: ¡Genial! ¡Dile gracias! Será el próximo sábado de 10 a 3. Después, barbacoa en mi casa. (Eve aún no ha consultado con su papá sobre la barbacoa, pero se siente segura al ofrecerla). Lily: ¡Entendido! Le avisaré. Eva: ¡Gracias, Lily! Todo marcha sobre ruedas para la recaudación de fondos. Eve está cada vez más emocionada. Sabe

