Es domingo por la noche, después de toda una negociación logré llegar a un buen precio de alquiler para este apartamento, solo está a unas cuadras de mi trabajo, y aunque vivo en un cuarto piso y no hay elevador como en el departamento de Sam, debo decir que es bastante cómodo, los vecinos no me han resultado molestos o por lo menos no aún, aunque fue una labor titánica lograr mi mudanza prácticamente en un solo día, pero debo admitir que tengo pocas pertenencias, al grado de que debo aceptar que me es necesario comprar una pantalla, ya que la que tenía en mi antigua habitación era de Sam; miro mi obra de arte en lo que ahora es mi dormitorio, no está tan mal, de hecho la pintura está en excelente estado, Elena, la casera, es una persona muy amable y demasiado cuidadosa con el edificio, en los detalles está el costo, fue un lema recurrente en nuestro pequeño debate; me dejo caer sentada sobre la cama, mañana debo ir a la oficina, mañana sabré si metí la pata con el señor Wargner, estoy ansiosa, me levanto de la cama para ir al baño a cepillar mis dientes, una parte de mi está contenta al saber que no debo tomar las horribles píldoras, Sam me ha llamado cientos de veces, pero no le respondo, solo mensajes, no quiero escuchar sermones, no soy una niña, estoy segura de que estaré bien y sé que después de su viaje a Nueva York, considerará el llevar a Vince al departamento para vivir juntos, no quiero ser un mal tercio, sería demasiado incomodo aunque cuando hemos estado juntos me ha tratado bien, aun así no creo soportar la idea de tener a un hombre durmiendo en el mismo departamento, me da escalofríos de pensarlo; Volviendo al tema del señor Wargner, necesito tener valor, mis relaciones interpersonales no suelen ser las mejores, aún recuerdo cuando intenté salir con chicos, fue un desastre, terminé muriendo de vergüenza al ser atrapada queriendo huir de mi cita, Albert, un ex compañero de la universidad, era lo suficientemente atractivo para tener a cualquier chica a sus pies, sin embargó me pidió una cita, acepté, admito que me gustaba, pero cuando me besó me dio pánico, fue como una avalancha de sensaciones que se me venían encima, mi escenario se distorsionó a tal grado que las alucinaciones me jugaron malas pasadas, terminé asustando al chico y yo salí huyendo del lugar avergonzada, los rumores no se hicieron esperar y terminé por arruinar mi vida social o mejor dicho, la esperanza de tener alguna cita con algún chico.
Termino de cepillar mis dientes y me dirijo de nuevo a la cama, antes me miro en el espejo y cepillo mi cabello, jamás pensé que esta baratija que me regaló Jake me fuera ser de tanta utilidad, me miro un par de veces y suspiro, estoy nerviosa
—Jamás has sido devota Harper, quizás dios se olvidó de ti y si el diablo está oyendo esto creo que si vendería mi alma con tal de no tener este tipo de problemas en mi cabeza, estoy harta de que mi supuesta enfermedad esté acabando con todo a mi alrededor —
Digo para mí misma mientras observo fijamente mi reflejo, las lágrimas amenazan con acumularse en mis ojos, no tuve una infancia fácil, mi madre murió justo el día en que nací, no conforme con su ausencia, mi padre se volvió un alcohólico, mientras las niñas jugaban a ser princesas de Disney yo tenía que soportar gritos, algunos golpes, humillaciones y días sin comer, fue duro, pero todo empeoró aquel día a mis dieciséis años, ahí fue cuando comenzaron las alucinaciones, aunque de pequeña recuerdo ver luces extrañas alrededor de las personas, sus rostros jamás se deformaban, pero a partir de ese hecho todo mi mundo se puso peor, fue una gran mierda pasar por eso y lo peor es que nadie ha logrado ayudarme a sobrellevarlo; las lágrimas escurren por mis mejillas, me siento pequeña, indefensa, infeliz, pero sobre todo un fracaso, No eres un fracaso, la felicidad es un desorden mental, pequeña tonta
—¡Ya cállate! —
Grito entre sollozos golpeando el muro con mis puños, es horrible darse cuenta que no tienes futuro; Si lo tienes, levanta el culo y deja de autocompadecerte
—Dices que no estoy loca y que eres tan real como yo, por lo menos dame la satisfacción de verte una vez y deja de torturarme, estoy harta, dame una puta señal de que eres real —
Suelto dejándome caer de rodillas mientras lloro desconsolada, cubro mi rostro con mis manos y lloro sin medida, sin pena ni gloria, esto no me llevará a nada, a cómo puedo me pongo de pie y me encamino a mi cama, me recuesto en posición fetal, necesito dormir, necesito un poco de fuerza para mañana, necesito que el señor Wargner acepte que esta loca llevará sus finanzas Eres buena en lo que haces, confío en ti, ovejita Suelta la voz de nueva cuenta en mi cabeza, suspiro y cierro los ojos, espero no sea una noche larga.
*************** ***************
Hoy he llegado temprano a la oficina, traté de vestirme lo más formal posible con una falda corte tubo de color n***o, una blusa de botones del mismo tono al igual que un saco, no hay otro color más formal que el n***o, y la verdad no me puedo quejar, aunque es ropa de oficina creo que luzco presentable, por primera vez en mi vida mi cabello se quedó en su lugar formando un moño perfecto, lo único que hace contraste con mi atuendo son mis gafas de marco grueso de color rosa, pero insisto en que las lentillas son demasiado molestas, siempre terminan por irritar mis ojos; acomodo unos folders encima de la mesa de la pequeña sala de juntas, Jane, nuestra secretaria espera atenta la llegada del señor Wargner, mientras mis demás compañeros de oficina solo hablan a susurros, no entiendo porque la señora Mitchell no les asignó a este cliente sin tienen tanto tiempo libre, pero en fin, debo esforzarme
—Harper, el señor Wargner ya está aquí, ¿lo hago pasar? —
Pregunta Jane un tanto nerviosa, creo que como yo o, mejor dicho, como cualquiera se ha dejado maravillar por el atractivo del señor Wargner, en verdad es abrumador, suelto una pesada respiración, no me jueguen malas pasadas, voces, por favor, rezo en mi cabeza esperando que se apiaden de mi
—Hazlo pasar, Jane, por favor—
Ella asiente y desaparece de mi campo de visión, termino de acomodar el resto de los folders que me he dado la tarea de revisar durante el fin de semana, aun con la mudanza tuve problemas para conciliar el sueño, así que adelanté un poco de trabajo y encontré algunas mermas que me servirán para presentar mi primer estado contable para el señor Wargner, espero eso compense mi ridículo comportamiento en el parque el viernes pasado, escucho como se acercan por el pasillo, me ajusto rápidamente mi ropa y me retiro el saco dejándolo sobre el perchero, los nervios me hacen sentir un tanto acalorada, la puerta se abre y Jane me da una sonrisa
—Señorita Collins, nuestro cliente está aquí—
Dice con formalidad, asiento y Andrew Wargner hace su entrada, vestido de traje, creo que demasiado formal, aunque ¿Quién carajos soy yo para juzgar de modas? No soy el ejemplo del buen vestir, pero admito que se ve increíble, su barba de candado perfectamente delineada y esos ojos verdes de mirada profunda que se clavan de inmediato en los míos ofreciéndome una cálida sonrisa, nerviosa, le extiendo la mano para saludarlo
—Buenos días, señor Wargner—
—Buenos días, Harper, es un placer verte de nuevo, pero por favor, solo llámame Andrew—
Sonrío y soltando su mano le hago una ceña para que tome asiento a mi lado, sorprendido mira los folders etiquetados que tengo sobre la mesa
—¿Puedo ofrecerte algo de beber? —
—No, Harper, así estoy bien, gracias—
—Bueno señor Wargner, perdón las formalidades siempre las he tenido muy marcadas cuando de trabajo se trata, Andrew, volviendo al punto en verdad debo agradecerte que hayas depositado tu confianza en este despacho, realmente pido disculpas por la ausencia de mi jefa, yo no suelo ocuparme de asuntos tan serios, pero prometo hacer un esfuerzo por mantener en orden tu contabilidad—
Digo mi discurso el cual he practicado por horas, me acomodo las gafas un tanto nerviosa y tomo asiento y él me sonríe, pareciera darse cuenta de mi incomodidad y eso le divierte, mis esfuerzos por mantener mi cabello en su lugar son opacados cuando uno de los mechones se suelta cayendo justo en medio de mis ojos provocándome hacer viscos, ruedo los ojos y lo acomodo tras mi oreja, en serio ¿seré el payaso ahora? Veo su expresión divertida mientras cubre levemente su sonrisa con su mano, en verdad su sonrisa es hermosa, carajo, todo él es ardiente como el infierno, pero debo concentrarme, no puedo perder la cabeza en este momento
—Harper, creo que no son necesarias las disculpas, puesto que mis finanzas están en las mejores manos de Nueva Orleans, confío en que lo harás excelente —
Su forma de hablar tan familiar o quizás sea despreocupada me hace sentir por un momento incomoda, en definitiva, no estoy acostumbrada a lidiar con los clientes, mientras intento inútilmente de ocultar mis nervios rebuscando entre los folders, Andrew cruza una mano tomando las mías que se encuentran más temblorosas que una maldita gelatina provocándome un sobresalto
—Oye ¿Te encuentras bien? no te comeré, Harper, enserio, creo que si tu llevarás mis finanzas debemos tenernos confianza el uno al otro y eso también incluye que deba reconocer tu trabajo—
Parpadeo un par de veces al ver cierto destello rojizo en sus ojos, por favor, alucinaciones no, no puedo arruinar esto, cierro los ojos un momento y suelto una pesada respiración, debo ser un poco honesta con el tipo sin entrar en detalles, abro los ojos de nueva cuenta y ahí está el con una mirada preocupada ¿en serio le importo? No lo creo, pero si él se está esforzando por tratarme bien, justo es corresponder su confianza
—Es solo que me es difícil, no suelo relacionarme mucho con las personas, disculpa, solo me dedico a hacer el trabajo tras una computadora resolviendo todo por mail y mensajes de texto—
Espero esto marque una pauta para llevar una relación meramente profesional y no pasar por el momento incomodo como cuando rechacé su café, aunque no estoy del todo segura de lo que pasó esa tarde, las alucinaciones a veces me hacen dudar de mi realidad al máximo
—Tranquila, no te comeré, ovejita, en verdad necesito que confíes en mí, Harper, yo confío en que harás un excelente trabajo, tu jefa me dio tus credenciales y eres excepcional a lo que pude informarme de ti, incluso Dominick me habló de tu trabajo, creo que has llevado algunas de sus finanzas —
Al escuchar todo lo referente a su investigación acerca de mi me pongo nerviosa, se dio la tarea de informarse acerca de mí, solo falta que sepa mi talla de zapatos, noto una sonrisa de medio lado en su rostro, como si hubiera escuchado ese comentario de mi cabeza, trago en seco y parpadeo un par de veces
—Gra-gracias, si he llevado parte de la contabilidad del señor Stargees, aunque, claro, todo lleva la firma de la señora Mitchell, quien es la que garantiza que todo vaya en orden prometo ser abierta ante la oportunidad que me estás dando no solo con tus números sino también con tu confianza, Andrew —
Suelto un tanto nerviosa, mis gafas se resbalan de nuevo, creo que voy a vomitar por los nervios, me siento mareada, o quizás sea la desintoxicación de las malditas píldoras, noto como Andrew estira de nueva cuenta sus manos hacia mí, sus ojos centellean de un color extraño, creo que los acabo ver brillar azul neón y de pronto me siento relajada, es como estar drogada con calmantes, se siente bien, lo noto sonreír y me retira las benditas gafas, de una manera inexplicable lo único que hago es sonreír y el me devuelve el gesto
—Eso es, luces más bonita cuando sonríes, ahora sí, Harper, ¿Qué te parece si me muestras un avance del informe financiero? —
Parpadeo un par de veces como saliendo de trance, ¿Qué carajos hace este tipo?, no lo entiendo, en verdad es extraño, pero admito que se siente bien lo que sea que esté haciendo
—Está bien, solo ¿Me puedes devolver mis gafas? no veo bien sin ellas, estoy más ciega que un murciélago —
Me doy la libertad de bromear, él me sonríe y por un momento creo notar un sonrojo
—¡Oh lo siento! toma, en verdad me gusta más como lucen tus ojos sin ellas—
Acerco mi mano tomando mis gafas de las suyas, estoy sonrojada, pero extrañamente feliz, jamás me habían dado tantos cumplidos, o quizás sea la primera vez que les presto tanta atención, por lo regular huía de los chicos desde aquel día, pero el señor Wargner tiene algo diferente que me hace querer acercarme, él es una bombilla encendida y yo una polilla
—Gracias—
Suelto y él solo atina a asentir, acerco una de mis manos al primer folder, y acercando más mi silla a él le muestro lo que sería el primer balance, lo noto arqueando una ceja, quizás no tenga ni la menor idea de que es este montón de números que le estoy mostrando
—Bueno Andrew, esto es solo un pequeño avance, no he checado aun los últimos meses, se me encomendó revisar solo este año fiscal o fueron las instrucciones que mi jefa me encomendó por órdenes tuyas—
Alzo la mirada del folder a él y noto como arquea sus cejas sorprendido y me observa
—Así es, mi contador anterior falleció, dejó todo en orden, pero tengo meses sin un buen asesor financiero es por eso que solo me interesa este año—
—Si, lo leí en tu reporte financiero del año anterior, tus finanzas estuvieron en orden, pero a principios de año noté que tienes una fuga financiera algo seria —
Noto que frunce el ceño, se frota la barbilla y es la primera vez que observo tan de cerca su rostro, me muerdo el labio, y creo que las alucinaciones juegan con mi cabeza de nuevo al notar una especie de aura a su alrededor, como un halo rojizo, el vello de mi nuca se eriza, no comprendo del todo lo que sucede, pero trato de no perder la cordura en estos momentos que son cruciales para que él se quede con nosotros
—Explícame—
Dice en voz suave, pero firme, estiro mi mano y tomo un marca textos de la mesa y marco tres entidades reflejadas en el informe, él observa con atención los números
—Estas son, la primera una inversión de un proyecto inconcluso del cual no hay información, pero no te está redituando absolutamente nada y al dar una hojeada a los meses consecutivos sigue apareciendo y cada vez más cantidad se invierte, pero de ella no sale nada, esta otra es un proveedor, al buscarlo noté que es un gasto fantasma, alguien está absorbiendo ese recurso y este último es una fundación con tu nombre, para rehabilitación y readaptación de jóvenes, pero al ver el estado financiero de dicha entidad, jamás ha llegado la cantidad, de hecho está en crisis—
Me sorprendió al ver su expediente que tenga un sentido filantrópico, jamás me imaginé que Andrew tuviera el instinto de ayudar a los demás, aunque creo solo lo juzgué por la obscena cantidad de dinero que posee y la presunción que se le ve físicamente, jamás juzgues un libro por su portada o puedes llevarte este tipo de sorpresas; veo como sus ojos se abren y arquea ambas cejas, está sorprendido
—¡Mierda! entonces si estoy perdiendo bastante dinero—
Asiento y su mirada de nuevo va a la mía
—De hecho, son algunos millones—
Se frota la barbilla y suelta una pesada respiración
—¡Madre mía! bueno, en fin, ya encontraste el problema, necesitaré bien esos números, el informe completo y nombres, necesito encontrar al culpable y actuar no podemos permitir está clase de cosas, menos cuando están jugando con lo de la fundación, esa es mi preocupación más grande—
Es la primera vez que lo noto preocupado, bueno, no lo conozco mucho, pero estamos hablando de un hombre que se la ha pasado sonriendo el noventa por ciento del tiempo que lleva en esta mesa y el otro diez probablemente lanzándome miradas coquetas
—El informe podría tenerlo para este viernes, si gustas, pasado mañana te tendría un adelanto—
Arquea una ceja y yo ladeo la cabeza mientras acomodo mis gafas
—¿Tan pronto? ¿Acaso no duermes? es mucha información, Harper, tampoco no quiero interferir en tu vida personal —
—No soy de las que sale mucho, prefiero centrarme en mi trabajo que perder tiempo en cosas banales, me gusta sentirme útil —
Tomo un bolígrafo y hago unas anotaciones en el archivo del folder, alzo la mirada y veo como suspira, parpadeo un par de veces y niego con la cabeza, creo que estoy viendo cosas que no son, nadie se fijaría en una loca, dejo de nueva cuenta el folder sobre la mesa y él toma mi mano haciendo que me sonroje al máximo al sentir su contacto
—Quiero que hagas auditorías a mis empresas, tú serás mi mano izquierda—
Al escucharlo decir eso me sorprendo, pero creo que se ha equivocado en la expresión
—Querrás decir derecha—
—La izquierda es la mano ejecutora, con la derecha solo firmaré los oficios, así que tendrás un papel importante—
Esperen un momento, ¿acaso quiere que deje la oficina por irme a trabajar con él? No puedo arriesgarme a perder la estabilidad financiera de un despacho, mis manos tiemblan, de nueva cuenta estoy nerviosa, planean sacarme de mi zona de confort y eso me aterra
—Pero, pero...—
—Te facilitaré todo, soy accionista en dos empresas, propietario total en otra y dueño de un bar, creo que es largo y tedioso, pero confío en que podrás con la tarea, no te pido plazo, solo quiero orden, puedes estar aquí en la oficina, pero en tus días libres necesitaré que resuelvas ciertos asuntos fuera de este despacho—
—ok, pero la encomienda es solo lo de este año fiscal ¿cierto? —
—Así es, tendrás total acceso a los archivos contables de todos los ejercicios fiscales anteriores de ser necesarios, yo hice el trato para el informe con la señora Mitchell, pero para tu trabajo como auditora quiero que seas mi empleada directa, sin intermediarios y como será en tus días libres te voy a pagar bien por tus servicios, más que los honorarios establecidos —
—¡¿Que?!—
pregunto un tanto escandalizada mientras mechones caen nuevamente en mi rostro deshaciendo mi improvisado peinado, no entiendo ¿Por qué yo? No es que sea incapaz de llevar a cabo la tarea, pero Jake o la señora Mitchell la harían con gusto y hasta mejor, él extiende su mano y acomoda un mechón de mi rebelde cabello detrás de mi oreja
—Es una oportunidad tanto para ti como para mí, a ti te sirve para desenvolverte en otro medio diferente, te pagaré bien, te relacionarás con distintas personas y no sé, en un futuro podrás tener tu propio despacho, a mí me servirá tener a alguien de mi confianza y dedicada a su trabajo revisando mis bienes—
—Pe-pero—
—Harper, no puedo aceptar un no por respuesta, por favor, si tengo que suplicar lo haré, pero necesito que tú te encargues—
—Pero la señora Mitchell tiene más conocimiento, es más ágil, yo solo soy una auxiliar, incluso su hijo es la mano derecha de este negocio—