Explicando las cosas

1327 Palabras
—Recuerdas que papá se refirió a ella cuando te conoció, allí te conté algo de esa historia, pero empezaré de nuevo. Cuando éramos niños— empezó a relatar Derek—mi mamá y la madre de Lorena, hicieron un pacto entre ellas; en su locura quedaron que cuando tuvieran hijos, éstos se casarían entre ellos, así que cuando nació Lorena, mi madre me dijo, que yo debía casarme con ésta niña, porque así había quedado con su amiga. Crecimos con esos pensamientos, cuando nos hicimos adolescentes, obviamente que ésta chica se convirtió en una niña muy bella, menor que yo 2 años, tendría yo 15 y ella 13 años, cuando decidimos hacernos noviecitos, decidimos que íbamos a complacer a nuestras madres contrayendo matrimonio algún día, pero mientras, si a ella le gustaba otro chico iba a disfrutar de su romance, así que un día ella decidió irse tras su enamorado, prometiendo que un día volvería y nos íbamos a casar, eso fue lo que acordamos y aquí nos tienes ahora. — Ahora entiendo su indignación, pero es absurdo haber hecho una promesa de ese tipo— dijo Megan. Derek asintió con su cabeza al decir: — Por eso dije, que éramos unos niños. Megan se sintió contrariada y dijo: — Al parecer ella se lo tomó muy en serio eso de que tú la esperaras, aunque casi lo cumples, si yo no aparezco en tu vida. Derek detuvo el auto a un costado de la vía para tomar el rostro de su amada al decir: — Amor, escuchame algo, todo eso de la promesa y el pacto de nuestras madres es toda una tontería, un juego absurdo, si yo no me había casado, es porque no había conocido al amor de mi vida, no por Lorena, ni siquiera pensaba en ella, eres tú quien ocupa mi mente y mi corazón ahora, porque lo que siento por ti es amor real, no ilusion de adolescentes, ¡te amo Megan!— dijo besando en los, labios a la chica. Ella se acomodó en el pecho de él para decir: — Sí, solo es que no quería sentirme culpable de haber arruinado una historia de amor. — Quédate tranquila, no has arruinado nada, ella nunca significó algo en mi vida, solo fue locura de juventud, además después que me hice hombre nunca la consideré para formar una familia, te amo a tí y punto. — Está bien amor mío, no pensemos más en Lorena. — Esa es la actitud mi reina, nada ni nadie me va a separar de tí, por tí soy capaz de enfrentar a un ejército si quiere hacer guerra para apartarme de tu lado. —¡Ay amor, que bello eres! ¡Me haces sentir tan segura a tu lado! — No lo dudes nunca mi amor, te voy a proteger de lo que sea, nadie podrá hacerte daño jamás, ¡lo prometo! — ¡Te creo, ya vamos a casa, quiero dormir en tus brazos después de hacer el amor muy rico. — ¡Mmmm! ¡Eso me encanta! Encendió nuevamente el auto y se dirigieron a su nido de amor, nada podía opacar la luz que iluminaban los ojos de Megan en estos momentos, era la mujer más feliz del universo. Mientras en la casa de August, Lorena buscaba explicaciones. — Padrino, ¿qué le ha pasado a Derek? Habíamos hecho un pacto, viviríamos nuestras vidas hasta que estuviera lista para volver a sus brazos y casarnos como siempre lo soñaron nuestras madres. El padre de Derek se encontraba en una posición muy incómoda, al final dijo: — ¿Sabes cuánto tiempo ha pasado desde ese acuerdo? Ella tuvo que reconocer lo que éste hombre decía: — Sí, sé que éramos unos niños, pero hace cuatro años cuando vine y lo vi aún sin una novia, pensé que era por fidelidad a mí. — ¿Fidelidad ahijada? Tú que te has dado a la tarea de andar por el mundo teniendo novios, siempre estas en las noticias sociales y en primera plana te exhibes con tu pareja de turno, ¿crees que mi hijo no tiene amor propio? — ¿Pero en eso habíamos quedado? Viviríamos nuestras vidas y después nos íbamos a ocupar del matrimonio. — Ya ves que no es así, él conoció a Megan, una chica maravillosa que lo tiene cautivado, he visto su cambio, está muy enamorado, hoy precisamente celebramos que se van a casar. — ¿De dónde salió esa tal Megan? ¿Desde cuando la conoce?— quiso saber Lorena, estaba muy enojada. —Solo sé que él y ella están juntos desde hace más de seis meses, y que ahora piensan casarse y darme algunos nietos. —¡Los únicos hijos que tendrá Derek, serán conmigo! ¡Él debe casarse conmigo! ¡No voy a permitir que ésta mujer que ni siquiera sabes de donde salió, me quite lo que es mío! ¡Voy a averiguar de dónde la conoce, pero tu hijo es mío y eso no tiene discusión, padrino! August solo movió su cabeza en un gesto que indicaba que no valía la pena discutir con esta mujer, ella muy activa dijo: — Imagino, que aún conservo mi habitación y podré quedarme aquí. — Mi querida ahijada, puedes quedarte, pero si a Derek no le agrada tu presencia en ésta casa, debes ir pensando en buscar un lugar para tí. Ella salió pateando el suelo mientras decía: — ¡Jamás, me habían humillado tanto en mi vida! Derek, me las va a pagar, lo juro! August solo movió la cabeza en señal de contrariedad, sabía lo caprichosa que era, su ahijada, no le agradaba que se creyera la dueña de Derek, estuvo más de ocho años viviendo su vida y ahora venía muy campante a, reclamar un puesto al lado de su muchacho, él la quería mucho, pero ahora su hijo estaba enamorado de Megan, aunque Lorena tenía razón en algo, se rascó la barbilla al decir para sí mismo. — « Nunca le he preguntado a Derek por la familia de Megan, ¿dónde la habrá conocido? Es una muchacha muy bella, pero la verdad no conozco a su familia. La próxima vez que los vea, les pediré que invite a los padres de su novia, hay que estrechar lazos familiares» Con este pensamiento August se dirigió a su habitación, estaba esperando una llamada importante ese día, pero no llegó, “quizás se le habían complicado las cosas a su futuro socio”; pensó Cuando empezó a subir las escaleras sonó su celular, allí estaba la tan esperada llamada. — Caray pensé que ya no llamaría hoy, mi querido amigo— respondió el padre de Derek al contestar. — Me disculpas por la hora, la verdad tuve un día bastante complicado, pero no podía quedar mal contigo August, estoy llamando para confirmar mi fecha de llegar allá para finiquitar detalles de nuestra sociedad e inversión, en una semana nos estamos reuniendo; exactamente el viernes. — Éso me parece perfecto, mi hijo estará presente en ese primer encuentro, quiero que lo conozcas, es un excelente estratega de negocios y mi futuro heredero. — ¡Eso me parece excelente! Estaré encantado de poder abrirme en una ciudad tan pujante como donde tu te desenvuelves a nivel financiero, quiero trabajar al lado del mejor y se que tu eres ese hombre August. — Bueno Anthony, veamos que ofreces, aún no se ha dicho la última palabra, por eso quiero que mi hijo esté presente, dos cabezas piensan mejor que una, dicen por allí. —Se que te va a gustar mi plan de negocios, hemos dado largas a nuestra reunión por algunos inconvenientes que se habían presentado acá en mi empresa, pero aunque aún no termino de solucionar, quiero ocuparme de otros asuntos, para sacar un poco el estrés que me ocasionó ésta fuga de dinero. —¡Ah caray! Entonces fue grave la cosa.
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