Capítulo 36 – Contacto

1361 Palabras

Ezequiel miró a Belinda con angustia, mientras se acercaba a la cama la agarró por la cintura. – ¿Puedes perdonarme? – ¿Por qué cosa? Ezequiel gimió, pero esta vez no fue de placer. – No estoy listo para decirlo, todavía no. La metieron en la cama. Kiel metió la mano debajo de la parte superior del pijama que ella llevaba puesto y se acurrucó en su cuerpo, la noche era fría, pero no había ni una sola cobija allí, Bel no entendía cómo dormían sin cobijas. – ¿Puedo tocar tus senos, Bel? Fue una petición con sufrimiento. – Tú sabes que sí. La mano se deslizó en su pecho. Fue una caricia suave. Los hermanos tenían ese contraste. Benjamín se fue y volvió con una manta. La cubrió y se acostó al lado de Ezequiel. La erección debajo de los pantalones cortos para Bel no pasó desapercibida

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