Capítulo 14

1056 Palabras
Victoire Jussieu Camino en dirección a la cocina perdida en mis pensamientos, mis ojos se mueven por los pasillos vacíos mientras no dejo de pensar en todo lo que hemos hecho hoy para averiguar algo del hombre que se reunió con Marcus aquella madrugada, tomamos muchas fotos, buscamos incluso en el lugar a ver si conseguíamos algo respecto a él pero nada, cubre bien sus espaldas y sabe lo que está haciendo. Talvez tiene algún tiempo planeando esto, por ello nos han tomado desprevenidos, nos han atacado con todo lo que tienen dejándonos sin personal y con pocas ganas de seguir, aunque estoy segura que podemos reponernos, no ha sido tan grave, por lo menos no todavía. Algo que me inquieta es que a pesar de que toda la noche hemos intentado buscar información, no hemos conseguido nada, ni siquiera un mísero nombre que pueda llevarnos a el, la única forma que veo de poder saber de el o su paradero es Marcus, solo me queda ofrecerle mucho dinero o armas para que suelte lo que necesitamos. Esperemos que no sea fiel a esa persona porque si no estamos jodidos, aunque Marcus es un blanco fácil, sé como sacarle información, ya sea por las buenas o las malas, porque debemos hacerlo de alguna manera, ya sea Leonard o yo. Lo bueno es que también tengo ahora a April, aunque no planeo utilizarla para nada referente a esto, sé que ella puede ser de gran ayuda al ver las cosas desde otra perspectiva, mis hermanas que no están en este mundo lo fueron en varias ocasiones, tienen un punto de vista neutral y piensan con la cabeza fría, no con nuestra preocupación. Es por ello que a partir de mañana junto a April empezaremos a reclutar personas, necesito empleados, guardias más específicamente, tenemos muy pocos hombres y eso afecta en cada ataque, nos quedamos sin personal y estamos fritos, debemos actuar más rápido que ellos, además de buscar personas leales. Los que tenía llevaban años a mi lado, dolió, no voy a negar que lo hizo, cuando pasas de ver a una persona todos los días a saber que no lo verás más y aún peor, que es tu culpa. Porque si, es mi culpa todo lo que pasó, es mi culpa haber ido a esa maldita fiesta que acabó con más de la mitad de todos los hombres que conformaban mi organización, aquellos que me salvaron en muchas ocasiones, a quienes les debo mi vida, por ello mismo me encargaré de que sus familias tengan todo lo necesario, que sus sacrificios valgan la pena. Después de todo cada uno de ellos arriesgo su vida por cuidarme, por mantener en pie todo lo que he construido todo éste tiempo, sin importarles si sus vidas se desvanecían en el proceso, y es algo que no quiero que vuelva a pasar, por lo cual a las nuevas personas que contrate les daré la libertad de salvar sus vidas en casos extremos donde no tengamos otra opción. No dejaré que mueran más hombres si sabemos que pasará, si hay que luchar y tenemos las de ganar entonces lo haremos, si no, nos retiraremos, porque es mejor eso a perder nuestras vidas por una estupidez, es cierto que desde hace años llevo viviendo esto, muertes, sangre y dolor, pero si puedo evitar algo lo haré. Incluso con mi nueva asistente, si puedo evitar que ella se involucre en los asuntos de la mafia, mucho mejor, estará más segura así, bajo perfil y sin que nadie sepa que trabaja para mí, solo sabrá todo por si pasa algo, en casos de emergencia. Suelto un pesado suspiro abriendo la nevera desde donde saco el cartón de leche, busco una olla pequeña y la pongo a calentar, necesito dormir, según mi madre esto siempre ayuda a dormir, algo caliente, no se que tan cierto es dado que es primera vez que lo hago, no suelo tardar tanto en quedarme dormida, talvez es la preocupación. Luego de unos minutos echo la leche caliente en una taza y me siento en la encimera a esperar que se enfríe un poco. Escucho unos pasos acercándose en esta dirección sin embargo ni siquiera levanto la mirada, estoy muy cansada y sin sueño. —¿Insomnio?—escucho una voz a la que aún no me acostumbro, es interesante tener a otra chica en casa, por lo general somos mi ama de llaves y todos los hombres que viven aquí. —Si. —¿Le pasa seguido?—pregunta apoyándose en el marco de la puerta de la cocina. —No, usualmente se me hace fácil dormir, es solo... No termino la oración sin querer explicar mucho y ella suspira sentándose cerca. —¿Por que hay tanto hombres armados por toda la casa?—pregunta y yo llevo a mi boca la taza con la leche ya tibia. —Planeaba explicarte todo mañana, pero veo que te has dado cuenta antes. Menciono y ella frunce el ceño. —No podré dormir sabiendo que hay armas por todos lados—me mira preocupada y yo suspiro. —Y nos has visto nada—musito y dirijo mis ojos a los suyos—Yo soy narcotraficante, me dedico a vender armas, es por ello que necesitamos tanta seguridad, tu más que mi asistente quiero que seas mis ojos y oídos, tanto aquí como en el hospital, además que hay tareas triviales de las cuales prefiero no encargarme ahora Observo su reacción atenta y puedo notar como traga saliva asustada. —Yo... ¿Esta segura que soy la persona adecuada para em trabajo?—cuestiona dudosa. —April, soy una persona difícil, necesito a alguien paciente que sepa estar a mi lado sin mandarme a la mierda. Un asentimiento es todo lo que recibo de su parte, la dejo pensar tranquila dado que no es algo que pueda digerirse fácilmente, antes ella no sabía donde se estaba metiendo, ahora si lo hace, por lo que debe ser difícil para ella, no para mi, yo estoy más que acostumbrada a ello pero ella no, y es por ello que debo ser paciente así como ella esta dispuesta a serlo conmigo. Apenas estamos empezando el camino, así que solo debemos aprender como sobrellevar todo lo que pasa, porque nada está siendo fácil últimamente.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR