La vida de Salax

Capitulo 19

Sucedía que Salax había invitado a Lore a un parque. Era este muy verdoso y poco frecuentado. Lleno de luz y animales pequeños escondidos en la maleza.

Al acercarse el uno al otro, finalmente se atrevió a tomar su mano, la agarro bien fuerte y Lore se dejó. Caminaba el uno a lado del otro, como si fuesen enamorados.

Se sentaron en un asiento para dos. Lo curioso fue que dicho asiento no se asemejaba en nada a los demás. Parecía sacado de un castillo, los demás eran, más bien banquitos y no un asiento digno de reyes, como el que ocupaban ambos. Lore inclino su cabeza en el hombro de Salax. Al arrimarse, el dijo:

—Aunque te tengo cerca, siento tristeza.

—¿Y eso?

—Lore, tu me gustas.

Ambos quedaron en silencio.

—¿Y el motivo de tu tristeza?— Pregunto Lore de manera inquisitiva.

—Yo soy el sapo y tú la princesa. No, espera, yo soy Shrek y tú Fiona. Yo soy la Bestia y tú Bella. Pero...La única diferencia es.

—¿Si?—Lore lo miraba admirada.

—La diferencia es que hasta el sapo, Shrek y la bestia tuvieron una oportunidad, yo no la tengo. Lo de ellos funcionó porque la princesa lo amaba, a pesar de las increíbles diferencias. Pero el mundo real es diferente. Tu jamás me amarás.

En esos momentos reino un largo silencio, un silencio que ninguno se atrevió a interrumpir. Mientras más tiempo pasaba mas sentía que la intriga y el misterio se apoderaba de el.

—No, te equivocas, si quieres puedes ser mi sapo, mi Shrek, mi Bestia, mi Hulk, mi King Kong, mi...lo que sea.

Sintió que un peso, mejor dicho, toda la miseria de esta vida se la quitaban de encima.

—¿De verdad piensas eso?

—Si

—Pero, y los problemas, y mi incapacidad de relacionarme con los demas, tantas cosas ¿Cómo me verán tus padres? Literalmente, no pueo seguir las normas sociales.

—¿Eso importa?—Dijo Lore viendolo fijamente a los ojos, tenía un rostro de dulzura y comprensión. Lo miraba con aire suplicante.

—Claro que importa, hoy no los ves pero ya verás que si importará...

Antes de que Salax continuase la conversación Lore toco su barbilla y lo beso. Fue un beso profundo, no quería —al menos en ese momento— regresar a la realidad. Su saliva tenía buen sabor, al tocar el rostro de Lore, sintió una piel fina y tersa, sus huesos de la mandíbula eran suaves, sus pómulos, así como las demás prominencias de su rostro no era muy marcadas, era un rostro fino y no tosco, percibió sus buenos genes.

Al instante un fuego se apoderó y sintió un pequeño impulso s****l, Lore intento subírsele encima. En el acto terminaron resbalandose del asiento o "trono". Finalmente cayeron. Las risas aparecieron. Comenzaron las caricias, jugaban de manera inocente. Salax tenía unas esposas brillantes, como los policías. Pero tenían más brillo y parecían de oro. En un arrebato de locura, aprisionó ambas manos y quedaron esposados en el asiento. Nadie —en esos momentos—parecia visitar esa zona. Aún reían cuando de repente ambos cayeron en un sueño profundo. Como si los hubiesen drogado.

Sucede que el parque era también un río que a la llegada del invierno terminaba hundiéndose. Aquel día enigmático, la madre naturaleza decidió traer más sorpresas. En cuestión de horas nada más, todo yacía bajo el agua del caudeloso rio. Salax despertó bajo el agua y vio el cuerpo de Lore desmayado, se llenó de desesperación, al darle algo del poco oxígeno que logro transmitir a Lore, ella pudo despertar pero estaba aterrada de morír ahogada.

Ambos intentaban en vano zafarse, Lore intentaba liberar el asiento y Salax romper las esposas. Lore no pudo más y se desmayo. Salax en su desesperación por salvarla seguía uniendo su boca para transmitir oxígeno que lograba absorber del medio ambiente.

Uso su último recurso y procedió a teletransportar ambos cuerpos. Para ello requería más energía. Lo logro y sus cuerpos yacían desmayados fuera del agua, a pocos metros del parque-río.

Lore boto mucha agua y despertó. Intentó salvar a Salax pero nada daba resultado.

—¡No me hagas esto mi amor!

Corriendo pidió ayuda mientras Salax parecía más muerto que vivo.

Llegó la ambulancia y se llevó el cuerpo del que más parecía muerto que vivo.