Pasé todos esos nervios para nada, Isa era increíble, con ella podía relajarme y mis preocupaciones perdían todo el sentido. Se le veía muy tranquila dormida; aparté el pelo de su cara y me acosté a su lado, pensando en estar así junto a ella siempre. Me daba calma, estabilidad y mucha alegría. Ella eran tan directa y decidida, tan alegre y parlanchina.
Verla dormir era muy relajante. Podría quedarme aquí siempre, sin cambiar nada, justo así.
Mi cuerpo se sentía tan bien en contacto con el suyo, que podría repetir eso una y otra vez, sin necesidad de llegar al cansancio; obvio que ella necesitaba descansar, había caído dormida al momento.
Deslicé mi brazo por su cintura para intentar dormir ya.
Pero pensaba en una relación a su lado y la alegría no me dejaba cerrar los ojos.
Dor
