Capitulo 3

2267 Palabras
Misha escucha como ambos gemelos comienzan a pelear, él no entendió porque hicieron aquello, sintió un dolor inmenso en su corazón que sintió la necesidad de ir hasta donde su hermano para consolarse, pero sabía que él  se iba a confesar con Tommy y no quería arruinarle su momento . Es por eso que el niño antes de irse, empujó con fuerza a ambos gemelos.   —Isaac, yo creí que te caía bien y que te gustaba mi brillo labial sabor a cereza — Empuja primeramente Misha al niño que abre sus ojos como platos, luego el rubio se dirige hasta Isaías y le da un pisotón en uno de sus pies.   — ¡Eres malvado, nunca me dejaré crecer mi cabello! así no me pegarás chicles, por tu culpa mi mamá lloró mucho, ella le gustaba hacerme trencitas — Exclama entre llantos el niño que ahora corre hasta los brazos de su mamá, no le comentaría lo que hicieron esos niños, porque sabía que los metería en problemas.   Cuando Misha se fue huyendo, los gemelos lo vieron partir, ambos volvieron a verse las caras.   —Nos diferenció… — Murmuran ambos al unisonó, ya que el único que los podía diferenciar hasta ahora era Nick.  Isaac pretendió ir detrás del rubio, pero su hermano con un leve toque a su hombro se lo impidió.   Otra vez Isaac estaba actuando extrañó.  Pensó su gemelo con recelo.   ***   Jacob por fin logró encontrar a Tommy, este estaba jugando con sus padres y sus hermanitos a la pelota, los cuatro estaban en un círculo lanzándose una pelota de volibol con lentitud, para que los niños más pequeños pudieran atajarla.  El pelinegro cuando los vio a todos reunidos, sintió la necesidad de marcharse, pero debía confesarse, ya que en dos días regresaba a Paris y no vería a Tommy hasta el próximo verano.   En sus planes estaba mantener el contacto, ser mejores amigos y a futuro podrían llegar a ser algo. Ya que él sabia que el chico castaño realmente no era su primo, él era adoptado, por ende una relación podía creer en ambos.  Jacob entendía que sus pensamientos eran demasiado apresurados y excesivos, pero él sospechaba que Tommy también gustaba de él, ya que quiso jugar con él, lo tomaba de la mano, le decía cosas lindas y además esa noche en la bodega lo besó y abrazó mucho.  Eso solo significaba que sentía algo por su persona.   —Yo soy lindo, inteligente y divertido… mi mamá me lo dice todo el tiempo, supongo que él se dio cuenta de eso —Se alaga Jacob en el camino rumbo a Tommy, aprovechando acomodarse un poco mas su cabello n***o para lucir más apuesto.   Tommy que estaba jugando con sus hermanitos y sus padres, observa que a lo lejos viene Jacob, este hace un gesto de fastidio cuando se percata de eso, si bien no lo habían castigado en aquella ocasión, decidió distanciarse de ese niño aburrido que ni siquiera sabía patear el balón, aunque admitía que la pasó bien con él cuando estuvieron bajo la lluvia, aun recordaba lo que sucedió luego… con apenas mojarse ya se estaba muriendo de un ataque del corazón, para él, eso era simplemente fastidioso y patético.   Sam y William se dieron cuenta que Jacob estaba detrás de ellos, parecía nervioso, es por eso que Sam le invitó a jugar, pero el niño se negó diciendo que deseaba hablar con Tommy sobre algo. El castaño notó como el pequeño pelinegro se sonrojó cuando dijo “hablar sobre algo” un sonrojo que William al parecer también notó, porque miró a Sam con picardía, William pensó que los niños querían reconciliarse después de estar peleados, mientras que Sam, juzgando por como los vio en la bodega, asumía que había algo mas entre bastidores.   —William dejemos a los niños solos, quieren hablar de algo importante — Indica Sam cogiendo a Santi en sus brazos, el pelinegro coge a Laurita dispuesto a dar el espacio que los niños, o más bien Jacob deseaba tener.   Tommy que no pensaba lo mismo que sus padres, frunció el ceño cuando les vio marcharse.   — ¡A donde van, aun no terminamos de jugar, esperen!  — Grita ignorando por completo a Jacob, que detrás de él, se sentía más nervioso que nunca.   — Jugamos más tarde, o juega con Jacob mientras ¡nos vemos en la cena!  — Exclama Sam despidiéndose en la distancia, Tommy frunce el ceño, y sin tener otra opción se voltea para mirar al de ojos grises.   El niño iba vestido con un pantaloncito gris, unas medias largas negras, con unos zapatos de vestir, en la parte superior usaba una camiseta blanca en la cual cubría en su totalidad con un cardigán gris, su atuendo era tan extraño como él mismo, pensó Tommy cuando veía al niño acercarse a él.   —Hola… — Saluda Jacob con una mínima sonrisa, Tommy se cruza de brazos.   —Hola… ¿Qué quieres? por si no lo has notado, te estoy ignorando, por tu culpa me regañaron, eso no lo olvido ¿sabes?  — Recalca el castaño haciendo estremecer a Jacob que no se esperaba ese trato tan hostil.   —Lo siento, no fue mi intención.  Nunca quise causarte inconvenientes… — Se disculpa de una manera demasiado “anciana” desde el punto de vista de otro niño que arqueó una ceja.   —Hablas como tu papá… —Asegura Tommy sin dejar de tener sus brazos cruzados, Jacob sonríe porque le gustó escuchar que hablaba como su papá.  Tommy otra vez volvía a alagarle.  Pensó el pelinegro con alegría.   —Si… ¿entonces me perdonas? quisiera que fuéramos amigos... — Murmura el niño acercándose un poco más a Tommy que parece tornarse pensativo.   — Bueno, ya que… eres raro pero no le haces daño a nadie… —Accede Tommy, pensando que ciertamente tener a ese niño de amigo no era el fin del mundo.  Sin mencionar que no todo el tiempo venia alguien a pedirle perdón.   Jacob sonríe ampliamente y sin más se acerca a Tommy para abrazarle, el castaño se extraña cuando siente a Jacob sobre él, deseó apartarlo de un empujón, pero no quería ensuciarle su ropa si caía al suelo, después le iban a regañar.   — ¿Por qué me abrazas? ya deja de hacerlo es incomodo — Pide Tommy sintiendo como Jacob se apartó de él sin dejar de sonreír.   —Es que… tu me… — Se detiene viendo sus manos, necesitaba fuerzas para decir lo que sentía en su corazón.   —Tú me gustas… — Murmura viendo de reojos a Tommy que hizo una mueca extraña.   — ¿Cómo que te gusto?  — Pregunta el niño sin saber a qué se refería exactamente Jacob, pero luego comienza a pensar — ¿Gusto de gustar? es decir… como explicarlo… — Se detiene para rascarse la nuca — ¿yo te gusto como mis papás se gustan?  — Pregunta asumiendo que no estaba en lo correcto, pero cuando observa que Jacob con una pequeña sonrisita asentía con su cabeza, su expresión llena de confusión, se tornó a una de completa sorpresa.   —Sí, me gustas así. Me pareces lindo… y — Se detiene en su confesión cuando Tommy le interrumpe.   — ¡Para, para, para!  — Exclama agitando sus manos para enfatizar su punto.  Jacob que veía hacia el suelo, decidió mirar a Tommy.   — ¡Qué asco! no me gustan los niños, y de ser así no me gustarías tu, yo no pienso en cosas de besitos o abracitos como adultos ¡No me gusta, me da asco, ahora me das asco! — Vocifera con una mueca de repulsión en su rostro.   Jacob entrecierra sus ojos para evitar llorar, no se mostraría de esa forma frente a él.   — ¿Te doy asco?  — Pregunta con un tono de voz quebradizo, Tommy que ya pretendía irse revolotea sus ojos.   —¡Sí!  ¡Me da asco saber que te gusto como los adultos! quiere decir que deseas darme abracitos y besitos asquerosos de lengua, iash — Confiesa, y luego al cabo de unos minutos, piensa que todo resultaba gracioso.   Pensar que el niño extraño gustaba de él, era gracioso desde su punto de vista, es por eso que sin reproches comenzó a reírse, logrando pisotear más los sentimientos de Jacob que se sintió completamente humillado.  Él jamás pensó que Tommy le rechazaría, pero que además le dijera asqueroso y se burlara de él en su cara, fue por peor que sintió en su vida hasta ese momento.  Es por eso que con todo su dolor a flor de piel, se agachó, cogió una piedra, y se la lanzó directamente en su cabeza.   Tommy que estaba muy ocupado riéndose a carcajadas de Jacob, no vio venir cuando una piedra le golpeó en su frente, este cayó al suelo, no necesariamente inconsciente, pero si adolorido, ya que la piedra logró lastimarle haciéndole sangrar.   — ¡Ojala te mueras! piojoso mugriento, te odio — Grita Jacob al instante que corre para irse de ese lugar.   En el camino se choca con su hermano Misha que también estaba llorando, y ambos al instante se abrazan llorando con mayor fuerza.   — ¡No quiero ver a esos niños nunca más! nunca, nunca, nunca más, Tommy me dijo que era asqueroso, que le daba asco que le gustara, que si le gustaran los chicos, jamás se fijaría en alguien como yo! —Confiesa con rapidez Jacob a su hermanito que comienza a consolarle.   —¡Y los gemelos fueron los que me colocaron el chicle en mi cabello, ellos no son mis amigos, solo se burlaban de mi, se burlaban de mi como todos lo hacen, tampoco quiero verlos nunca más, nunca! — Chilla Misha escuchando como su hermano lloraba con mayor fuerza.   Desde ese día, los niños no confesaron con exactitud lo ocurrido, pero si les suplicaron a sus padres que no deseaban ir a Escocia si esos niños estaban presentes, explicando que simplemente no se llevaban bien y los detestaban.  Bruno que le encantó oír esas palabras de la boca de sus lindos hijos, aceptó las peticiones solicitadas, y aunque nunca perdió el contacto con ninguno de sus hermanos, prefirió no asistir a las vacaciones de verano familiares, porque sus niños a fin de cuentas odiaban el verano.   William y Nick entendieron esa petición, en especial William, ya que Tommy que nunca guardaba secretos con ellos, le confesó a él y a Sam, que Jacob le golpeó con la piedra después que le confesó sus sentimientos, los cuales él rechazo rotundamente, Sam y William, comprendieron al instante que ese era el motivo principal, del porque Jacob nunca más quiso ver a Tommy después de ese incidente.  Ellos deducían que el niño era dramático y rencoroso como su padre Bruno, es por eso que para evitar una “desgracia” prefirieron separarles por tiempo indefinido.   Al transcurrir el tiempo, Tommy olvidó por completo ese acontecimiento, ya que tenía otras cosas en que preocuparse, como por ejemplo.  Resolver los problemas en los que siempre estaba metido, y justamente como le dijo a Jacob, el niño conforme fue creciendo, fue incrementando su gusto hacia las chicas, teniendo su primera novia a los trece años, y desde ahí, comenzó un desfile de niñas en la casa de William y Sam que parecían no tener fin.   Por otra parte, Nick no hizo lo que William con Tommy, el continuaba yendo a Paris para visitar a su hermano, la única diferencia era que los gemelos preferían quedarse, diciendo que no desean estar con esos niños raros, Nick y Mathew accedían a sus exigencias dejándoles por su cuenta, sin saber que en esas ausencias, los gemelos comenzaron su viaje a “la destrucción”.  Después de todo, ellos nunca fueron buenos niños, como pretendían serlo frente a sus padres.  Y aunque desean ver a Misha, prefirieron mantener distancias, ya que estos se prometieron que ninguna otra persona, los iba a separar o a poner en guerra, algo que ese niño en poco tiempo logró conseguir.    Después del fin de ese verano, los gemelos se unieron mas en todos los sentidos, ambos entendían que solo se tenían el uno al otro, su madre los había abandonado, Nick aunque le querían, comprendían que no era su verdadero padre, y mencionaban a su tío Mathew, él era como un amigo mas del montón para ellos, a la única que querían realmente era a su hermanita María, que al ser una niña, jamás los iba a entender.  En sus planes estaba vivir su vida al máximo, los dos juntos por siempre, sin enamorarse ni dejar entrar a nadie en la pequeña burbuja que ambos crearon, al punto que cuando tenían una pareja, era por mero placer, sin darle cabida al tonto amor.   *10 años más tarde*   Jacob estaba en el jacuzzi con su hermano, aunque tenían 18 años, continuaban bañándose juntos.  Faltaba una semana para que vinieran los gemelos y Thomas, él se sentía tan ansioso y preocupado que no sabía cómo ocultarlo.  Desde aquel día, nunca más volvió a confesarse con ninguna otra persona, aunque le llovían propuestas de diferentes chicos en el instituto, por su evidente atractivo, él siempre los rechazaba como Thomas lo hizo cuando eran niños.    “Me das asco, jamás me fijaría en alguien como tú” Decía cada vez que un nuevo joven le confesaba sus sentimientos, recordando aquel verano cuando se enamoró por primera y última vez.            
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR