Cuando dejaron de hablar, Candice apagó la luz, únicamente la luz del salvapantallas iluminaba tenuemente la habitación, vio la marca de humedad que se había formado en sus braguitas, pasó sus dedos sobre ellas, estaba mojada y las yemas de sus dedos recorrieron fácilmente su raja sobre la tela húmeda. Candice sentía un gusto tremendo al sentirla rozar sobre los labios de su sexo cuando está así. Sus manos subieron hasta llegar a sus pechos, acarició su redondez con suaves movimientos circulares, su mano los recorrió moldeándolos hasta llegar a los pezones, y notó que estaban duros como piedras. Para información de todos, los pechos de Candice eran grandes sin llegar a ser exagerados y sus pezones un poco oscuros, no muy grandes pero siempre fueron muy sensibles al tacto. La chica los

