"¡JODER, FÓLLAME MÁS FUERTE, FÓLLAME MÁS FUERTE!" gritó Kaitlyn mientras la penetraba por detrás. Estaba a gatas en mi cama, con la cara pegada a las almohadas, sus enormes tetas meciéndose deliciosamente con cada embestida. Ya la estaba follando con todas mis fuerzas, pero era insaciable, así que le di hasta la última gota de gasolina que me quedaba. "¡DIOS, JODIDA, JODIDA, ME ESTOY CORRIENDOOOOOOO!" gritó mientras su coño se contraía espasmódicamente alrededor de mi polla, su cuerpo colapsando sobre la cama mientras ralentizaba su follada. "Oye, oye, yo también me corro, me corro", dije, esperando que me indicara dónde quería. A Kaitlyn no le importaba si me corría en su coño, en su cara, en sus tetas o en su boca. Esta vez se apartó de mí y se tumbó boca arriba, masturbándome lentamen

