Estaba un poco sonrojada todavía por lo que acaba de pasar, su secretaria entro y nos encontró, lo peor era que él me estaba masturbando y yo lo deje, no puede ser peor, ¿porque me deje?.
—Cara, ¿porque no hechaste seguro?—preguntó serio él y yo solté un bufido.
—porque no sabia que a mi jefe, se le daría por hacerme eso en plena oficina.—dije yo con él ceño fruncido y él solto un suspiro.
—acostumbrate, ragazza, porque de ahora en adelante donde te vea, te agarro y te cojo.—dijo del y yo solté un bufido.
No podía creer que me estuviera diendo esto, tiene el descaro de decirme que donde tenga la oportunidad de comerme, lo hace sin ningún problema, al parecer me tocara aceptar estas cosas, pero debo cerrar la puerta porque no puede creer que me encontrarán en esas.
—ten.—dijo él estirado un pequeño anillo en su mano.—usalo mientras no se haga el matrimonio.
Dijo el y yo me acerque, tome él anillo, lo mire muy bien, se veía hermoso, lo metí en él dedo correspondiente y me quedaba perfecto, no podía creer que me entrara.
Quería preguntarle porque me quedaba el anillo, pero tampoco me sentía cómoda para que este me agarrara e intentara comerme otra vez.
Alexander
No podía creerlo, ni mucho menos seguir con esto, no entiendo porque no le puso seguro a la puerta, en estos momento tengo mi pantalón súper apretado y no me puedo calmar, mis dedos estan mojados por su fluido, me encuentro en un estremo de calentura que lo unico que la bajaria sera que me la coja ya o ya, no puedo ni pensarlo mas, claramente tener una erección tan apretada no me gustaba mucho por él pantalón.
—ven aquí.—dije señalando mis piernas y ella me mira.
—estas loco, no quiero que nada de eso en tu oficina.—dijo ella y yo la mire serio.
No me puede estar doliendo mas y ella me sale con eso, no puedo ni siguiera creerlo.
—es tu trabajo.—dije yo serio y ella soltó un suspiro.
—mi trabajo es casarme contigo y darte un hijo.—dijo ella de manera seria.
—si, entre mas rápido él hijo, mejor para todos ¿no crees?.—dijo yo sabiendo que si quedaba embarazada sería mas fácil, ya no la tocaría mas, aunque solo lo haría si ella quisiera.
—entre mas rápido quede embarazada, mas rápido nos dejaremos de acostar.—dijo ella y yo asentí.
Alessia.
La propuesta que me dio es tentadora, así que no estaría para nada mal quedar embaraza de una vez por todas, creo que así él no me tocara por mas tiempo.
—esta bien.—dije y empeze caminar hasta la puerta, le puse seguro.
Camine hasta donde él estaba mi me pare en frente, hice una mueca cuando él quito mi falda y la dejo resbalar por mis piernas, hizo lo mismo con mis bragas, me atrajo hasta el y me senté en sus piernas.
Deslizó dos de sus dedos dentro mio y yo apreté los dientes con fuerza cuando comenzó a moverlos, puse mi cabeza en su hombro y mordí su chaqueta para no gemir.
-estas demasiado húmeda, amore.-dijo él con voz ronca antes de penetrarme con tres dedos, esta vez fue imposible no gemir. Me agarre fuerte de su chaqueta, no pensaba ni mover un dedo, el quiere el hijo que él lo haga.
Otro gemido salio de mi boca cuando sentí su m*****o rozar mi c******s y asi salieron unos cuantos que se era lo unico que se escuchaba por la sala, mi respiracion agitada chocaba en su cuello y él olor de su perfume entreba en ella, era una colonia que olía delicioso, una fragancia única que no usa cualquier hombre.
Escuche un gruñido de su parte cuando su teléfono comenzo a vibrar, con sus mano disponible lo agarro y contestó, mientras que sacaba sus dedos de mi.
—ciao, papá.—dijo el y puso su mano mojada en mi nalga.
No sabia si avergonarme porque su mano este empepeda, o regañarme por dejar que mi cuerpo en pape sus dedos así, aunque como puedo controlar eso, si es la primera vez que sale tanto de mi, asi que puede ser muy caliente él italiano este, pero sinceramente yo no puedo confundir nada con él.
—okey.—dijo el y corto la llamaba, soltó un suspiro y hecho su cabeza para detrás e la silla, mientras que apretaba mis nalgas.
—me tengo que ir, ragazza.—dijo él serio y quito la mano mi nalga, sabia que tenia que pararme y lo hice. cuándo ya estaba de pie, me pide dar él lujo de admirar el tamaño de su pene, era grande y se veía gordo, «el pensaba meterme ese bichote en mi», porque yo dudo que me entre, es demasiado grande.
Sacudi un poco la cabeza, busque mi ropa y me la puse cuando lo volví a mirar el ya lo había enjaulado y me miro serio.
—ve a esta dirección y te recojo en la noche.—dijo él y yo asentí.
No sabia si estaba conmocionada por el tamaño de su m*****o o agitada por el placer que me estaba dando hace rato con sus dedos, pero lo unico era que sentía algo, aparte de agitación, así que tendré que descubrir cual de las dos es, pero lo único claro es que eso es muy grande para mi, demasiado, no estoy acostumbrada a tremendo tamaño, apenas y uno flacos y pequeños.