NARRADOR —He protegido este imperio sin importar nada, he defendido la vida de cada Persa con mi sangre en el campo de batalla y si de algo no tengo miedo es de la muerte—Dijo el rey Ciro mientras se dirigía a los treinta mil soldados que aún permanecían dentro de las murallas, fuera de ellas aguardaban la misma cantidad protegiendo la espalda del príncipe Gandash segundo en la línea de sucesión al trono babilónico. Durante muchos días la tensión había sido constante, Babilonia permanecía a unos cuantos kilómetros de Al-Hira esperando la oportunidad correcta para atacar la enorme ciudad perteneciente al imperio Persa, justo ahora, esta noche, parecían estar dispuestos a comenzar la guerra, los tambores sonaban una y otra vez y los augurios no parecían ser buenos para el rey Ciro. —No im

