Dos esposos

1904 Palabras

ALINA Los gritos ahogados de los invitados detrás de nosotros se escucharon con falta de aliento al ver que Mauricio tomó del cuello de la camisa a Leandro para amenazarlo con un puño limpio. No quería un escándalo o una masacre en ese lugar. Lo que me pareció gracioso fue ver que el rostro de Jesucristo, que daba en dirección hacia nosotros, parecía que estaba atento al escándalo y no estaba dispuesto a intervenir en nada porque quería saber si todo eso terminaría en escándalo. — Suéltame maldito idiota. —Leandro parecía que estaba echando espuma por la boca al poder insultarme a su gusto. Se sacudió el cuerpo y Mauricio terminó por liberarlo de su agarre. El orador tiró algunas hojas que traía en las manos, en cuanto al juez, él sabía perfectamente lo que estaba pasando, al tener

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR