«¿Ray en la mansión?» Veía sin creer que se tratara de él. Pero aun así, no pudo entender por qué él no se lo dijo cuando hablaron por teléfono. Deseó por un breve instante regresar el tiempo atrás y no haberse sentido tan decepcionada y triste, así tener el suficiente valor para regresar. Pero por vez primera, sabía que lo justo para ambos sería marcharse. Había experimentado estar en la mansión, si bien nada le hacía falta, la sensación de soledad para ella no lo compensaba de ningún modo. Recordó que durante varios días él olvidó hablarle, y no mostró interés con respecto a la boda ni siquiera por ella. Sintiendo un nudo apretarle la garganta mientras su corazón se retorcía, tomó sus maletas y continuó con su camino, segura que hacía lo correcto. Pero a medida que avanzaba por el

