Anna sabía que debía escapar urgentemente. Las últimas cortadas le habían demostrado que Carlton estaba desesperado y recurrió a métodos que nunca se hubieran aceptado en su mundo, todo para provocar a Didier. Además había un pequeño hombre de cabello muy oscuro que cada día se ponía más violento con ella y en cada abuso la llevaba un poco más al límite. Ya no podía controlar el miedo que aquel sujeto, de pequeños ojos negros y sonrisa malvada, le provocaba cada vez que se presentaba frente a ella. No tenía mucho tiempo, ni podía esperar que su herida se curara, además aquellos hombres dejarían que se infectara antes de atenderla, asique lo decidió: o escapaba o buscaba algún objeto que le quitara la vida de una vez por todas. A la noche llegaron los dos sujetos que la llevarían hasta el b
