La tercera vez en la ducha fue lenta y dulce. Reid estaba contento, porque había pensado que no estaría listo de nuevo tan rápido. Nunca había tenido tantas actuaciones repetidas en tan rápida sucesión, pero tal vez solo había estado esperando el dulce calor que era Cassie. Había algo irresistible en ella, eso era seguro. Objetivo alcanzado. Y uno que nunca había esperado completar. No es de extrañar que se sintiera tan bien cuando se secaron juntos con la toalla. La sonrisa de Cassie lo hizo sentir como un campeón y sabía que ella también lo había disfrutado. “¿Satisfecha?” preguntó él, sabiendo que era obvio pero queriendo escucharla decirlo en voz alta. Ese sería el fin, después de todo. Él solo se acostaba con mujeres una vez, y ella volvería a Nueva York. Había sido un int

