Casi al anochecer, ambas mujeres salieron del sitio, lucían muy diferente a como ingresaron, se veían espléndidas y guapas, pero a su vez, se les veía algo ebrias, con una sonrisa boba dibujada en sus rostros, una tomada de la mano de la otra, eran como dos grandes amigas que disfrutaban del vino y la buena compañía de la una a la otra, cosa que no era para nada cierto. Aun así, salieron de allí luego de que Aitana pagara la costosa factura por todo aquel trato y trabajo que recibieron ese día allí. Cloe aprovechó un momento de descuido de Aitana y tomó su teléfono celular para escribir rápidamente a alguien quien tenía registrado como “Tomas Belgrado’’ el cual debía de ser alguien a bordo por lo que decía el texto. “¿Nos vemos hoy pasadas la media noche te parece?

