— Aitana nos volvemos a encontrar, pensé que estarías de vuelta al crucero más temprano. —la irreconocible voz de Jean Pierre, llamó la atención de Aitana de inmediato y el Rachell se quedó inmóvil en su lugar, sin poder creer que eso estaba pasando. Jean Pierre y Sean se encontraban allí detrás de ambas mujeres, Aitana volteó a mirar con gran asombro, era su apasionado acompañante nocturno, el mismo que acostumbraba a dejar con las manos vacías siempre que se la topaba en el camino. Ciertamente, ese era el momento menos indicado para conseguírselo, pero allí estaba, junto a Sean, ambos hombres lucían muy trasnochados. Dándose cuenta de ello, el oficial volteó para mirarlos y de inmediato dedujo que se trataba de los sujetos que pasaron toda la noche y parte

