Capítulo 31; Las seductoras, no aman.

1704 Palabras

Tobias, se marcha una hora después. Lo despido con una gran sonrisa, y veo como se aleja en su coche. Vuelvo a mi habitación y me doy una larga ducha, mientras el agua se desliza por mi piel los recuerdos vuelven a mi mente. Debo aceptar que haberle pagado con la misma moneda, no se sintió tan bien como esperaba, me dejó una extraña sensación en el pecho pero, hice lo que debía hacer. Después de la ducha me visto con un hermoso vestido amarillo y me dedico a esperar que el Maestro vuelva, después de haberlo buscado por toda la casa, asumí que había salido porque no estaba por ningún lado. Lo más extraño de todo era saber que ni siquiera la metiche de Patricia estaba, seguramente fue al mercado por algo. Me recuesto en la cama y sin pensarlo me quedo profundamente dormida. Hay un largo

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