Evan Eran casi las 7 p.m. y la boutique estaba lista para cerrar por hoy. Fue un éxito, a la gente le encantó. Tenían citas reservadas para asesorías de imagen y recomendaciones de ropa. La ropa que Mitzi rediseñó fue bien recibida. Estaba tan feliz por Jay y por mi madre. —Estoy tan feliz de haber ayudado a inspirar esta tienda para ti —comentó Keira a mi mamá. —Cielo, gracias. Me encantó ir de compras contigo. Te ayudé y tú me ayudaste a descubrir qué quiero hacer ahora que mis bebés se están yendo por su cuenta —respondió ella. Recorrí la tienda buscando a Jay. Estaba terminando algo en la cara de una adolescente. La expresión en sus rostros me llenó de orgullo. Jay realmente amaba lo que hacía y le encantaba hacer que la gente se sintiera hermosa. Me acerqué a él. —Cielo, los col

