Kevin Bryan y Shelly decidieron que pedirían un coche para poder ir a algún lugar solos. Así que se subieron a un coche que los esperaba, mientras Jamie y yo nos subimos al mío cuando salimos del restaurante. —Parece que se están llevando muy bien —Jamie me dijo después de que nos subimos al coche. —Ya veremos. ¿A dónde, mi dama? —le pregunté a Jamie. —Kevin, vamos a mi casa, ya que estamos solos —Jamie dijo, sonriéndome. —Alguien está con ganas —me reí con Jamie. —Sí, ¿es un problema? Bueno, si no quieres ayudarme, simplemente me satisfaré yo misma —Jamie afirmó. —Oh, creo que puedo ayudarte con una satisfacción definitiva —le dije. Regresamos al apartamento de Jamie. Mientras ella intentaba abrir la puerta, comencé a rozar su cuello con mi nariz. —Kevin —se rio. —Te gusta, lo s

