Kevin —Mierda, Jamie, mírame —dije acercándome a ella. Jamie estaba teniendo un ataque de pánico. Supuse que yo había causado esto en ella. Jamie empezó a retroceder y a sentarse. Esto era lo que le sucedía: su respiración se volvía difícil y rápida, sus ojos se ponían rojos, luego se arrinconaba y se acurrucaba en una bola sentada en el suelo cuando tenía sus ataques de pánico. Me agaché junto a ella. —Vamos, Jamie, mírame. Por favor, cariño, mírame —le pedí. —¿Kevin? —dijo Keira detrás de mí. —Está teniendo un ataque de pánico, tengo que hacer que se concentre —le expliqué a mi hermana. —Jamie, soy yo, Kevin. Respira, toma una respiración profunda, mírame. Está bien, Jamie —insistí. Puse mi mano en su cara y sus ojos parecieron empezar a normalizarse. Bien, estaba comenzando a co

