Melissa La mañana del sábado desperté con varias notificaciones de los titulares más famosos de la prensa rosa. Intente ignorarlos y seguir durmiendo, pero no me fue posible, mi celular vibró con una notificación de Paulina: «“Mel… no veas las redes, Mejor espérate a que hablemos.”» Pero fue imposible no hacerlo, apenas y desbloquee mi móvil todo apareció. Una imagen. Luego otra. Y otra. Nick, en un club. Sonriendo, con dos mujeres hermosas a su lado. Una de ellas recargada en su brazo, otra hablándole al oído. Y yo… Yo me rompí. Mi mundo se detuvo como si alguien le hubiera quitado el aire. El pecho se me apretó de golpe, la respiración me costaba demasiado. Todo lo que había sentido los últimos días —la ilusión, la paz, la calma al leer sus mensajes, al recordar sus bes

