DANIEL
No podía quitarle los ojos de encima, mis manos también estarían sobre ella, pero las tenía ocupadas, así que eso era imposible, por ahora.
—¿Te gusta? —pareció que pensaba sobre otra cosa, cuando la vi ponerse roja —la comida —levante la comisura de mi bica, al parecer no están equivocado sobre lo que pensaba.
—Si, todo está delicioso.
—Que bueno que te gustó, por que el postre será inolvidable —le di mi mejor sonrisa y pareció captar la indirecta.
—¿No tienes pareja? —la mire incrédulo, ¿de verdad me veo como esos hombres?, que no pueden mantener su polla dentro del pantalón.
—No —dije rotundamente —si la tuviera, jamás la engañaría, soy hombre de una sola mujer.
—¿Y porque no tienes?, no puedo creer que un hombre tan atractivo como tu, no la tenga.
—¿Me acaba
