CHARLENE Desde esa desastrosa noche no volví a ver a Daniel, ya teníamos un mes de no dirigirnos la palabra, mucho menos una llamada o mensaje, el por supuesto tampoco hizo el intento, ni Lexi me contestaba los mensajes, que era la persona con la que más tenía contacto, tal vez su jefe se lo prohibió. A pesar que James ya se encontraba conmigo, me sentía feliz a medias, además no se lo deje fácil a mi querido hijito, ahora la que era cortante con el era yo, y mi trío favorito también, se lo merecía después de todo lo que pasamos, aunque el hacía el esfuerzo por hablarme o llamar mi atención, a veces mi corazón se me apachurraba por contestarle con un simple, si o no, o un ¡mmm!, pero debía entender que cuando las personas se equivocan, muchas veces ya no pueden volver a tener la misma re

