Capitulo 31

2710 Palabras
Narrado Isabella Me había quedado dormida antes de que volviera Cristina por lo que no super lo que me tenía que decir antes de que quedarme dormida pero es que estaba tan cansada que no iba a poder atenderla aunque quisiera, no se a que hora llego y no era tampoco mi asunto, pero no me entere cuando lo hizo, estaba tan placida y profundamente dormida de lo cansado que estaba. Me quede demasiado sorprendida cuando me conto lo que estaba pasando, no me podía creer que mi tío Ben estuviera haciendo esas cosas, se que puede ser complicado llevar un colegio con chicos y chicas y más interno, puede haber embarazados sorpresas, y bueno eso ya había pasado, y problemas diferentes como bromas o cosas malas, pero creo que había mejores ideas que separar a dos géneros, principalmente porque los grupos y los equipos de trabajos ya estaban formados, todo se iba complicar y era casi final de curso, nos iba fastidiar la media a más de uno, y me negaba. Nada más levantarme, desayune rápidamente y me fui al despacho del director para pedirle explicaciones, me quede esperando en la puerta de secretaría a que abrieran para poder hablar con mi tío. —Cariño aún no ha empezado el horario de recepción—me dijo la secretaria abriendo la puerta, era una mujer mayor que llevaba como mil años trabajando aquí porque esa mujer conocía a mis abuelos, fue secretaria cuando mis abuelos estudiaban por lo que debía ser muy mayor, pero era un encanto. Se llamaba Clara, y es una mujer encantadora, se que tenía dos nietos que estaban en la universidad y otros tres que estudiaban en el instituto del pueblo, ella vivía en el pueblo con su marido que era el maravilloso bibliotecario del pueblo, eran una familia encantadora que me caía demasiado bien. —Perdón, tengo que ver al director—le dije, la mujer no dijo nada, se quedo callada y abrió la puerta dejándome pasar para que esperara sentada, me senté en las sillas alado de la puerta del despacho del director, la mujer me miro mientras colocaba sus cosas para prepararse para el día de clases que iba a ser largo con las quejas que le iban a dejar los alumnos. Moví mis piernas nerviosa. —¿Qué tal estas?—me pregunto la secretaría y la mire—Se que perder a una persona que quieres es complicado—me dijo y se acerco a mi con una taza de té. —Creo que estoy mejorando poco a poco—le dije pero sin querer hablar mucho del tema, no era el problema de la mujer, era una mujer encantadora y siempre me gustaba hablar con ella, me pasaba muchas horas hablando con ella pero no, este tema era demasiado complicado para mi, me dolía cada vez que hablaba de ello o pensaba en ello, ya no estaba en la etapa de negación, había asumido la muere de mi abuelo, lo acepte pero eso no me hacía más fácil vivir con ello. En ese momento por suerte llegó mi tío Ben, por lo que no tuve que hablar mucho más con la secretaria, me levante de mi asiento y me miro. —Espera—me dijo y le dio unos papeles a su secretaría—Revisa esas citas y los expedientes de esos alumnos deben ser enviados a sus nuevos colegios, y por favor pásame la lista de profesores que van a renunciar y las fichas de los nuevos—pidió, Clara asintió y con tranquilidad mi tío Ben entro en su despacho, una vez vi que había dejado su chaqueta y se había sentado, entre. —¿Puedo saber que estas pasando?—le pregunte y me miro, cerré la puerta al darme cuenta de que nadie podía ni tenía que enterrarse de nuestra conversación pero no me senté, siempre he sentido que si una persona esta de pie y otra sentada, lo que comunica la persona que estaba de pie siempre tenía más fuerza—Mejor dicho, ¿Qué te esta pasando?—le pregunte y le mire molesta. —Isabella, siéntate—me pidió y le mire cruzándome de brazos—Por favor, no voy a tener una conversación contigo si estas de pie—me dejo claro y suspiré. Me senté en una sillas, me cruce las piernas y los brazos y la mire mientras deje la mochila en el suelo. —No me parece justo que debamos separarnos por genero—deje claro y me miro. —¿Te das cuenta que no eres la representante de los alumnos?—me pregunto y la mire—Es cosa de los perfectos trasladar las quejas de los alumnos, al profesorado y después de esto al director—me dejo claro el proceso de trasladar quejas. —Lo se, pero el año que viene seré perfecta y no es una queja del alumnado sino que es una queja nía personal mía, de Isabella que la quiero trasladar esta queja—dije y le mire—Además como dijiste el primer día, tus puertas siempre estarían abiertas para los alumnos y no quiero ser más especial que nadie, pero soy tu sobrina—añadí y me miro. —Los cambios, son necesarios para evitar el caos—me dijo y le mire molesta. —No va haber caos porque estemos chicas y chicos juntos—le deje claro, sin comentar mucho se acerco a su chaqueta y me dio un periódico, lo mire y en primera plana había una foto mía con Matt saliendo de la iglesia, en esa publicación comentaban si éramos parejas y bueno me llamaban princesa salvada y a Matt una príncipe heroico. —No puedes haber hecho estos cambios, por este articulo—le deje claro y le mire demasiado molesto, no es que estuviera molesta que saliéramos en el periódico o que lo mejor que había en el mundo era una relación de dos jovenes, no se creo que había guerras o escándalos políticos que eran mejor de tratar—Además el cambio es desde el viernes a la tarde y esto es del domingo—deje claro. Mi tío me miro. —Solo te lo quiero enseñar porque hay periodistas en la puerta y seguramente por el pueblo, debes ir con cuidado si no quieres agobiarte, se que no estas acostumbrada a ser un personaje publico—me dijo y mire al periódico sorprendida, la condesa y el príncipe encantador, esto me iba a volver loca, no era condesa aún pero ya estaban usando mi titulo como si fuera la cosa más importante de mi vida, había demasiado interés en que pasaba con los herederos de la corona pero yo no era uno de ellos, era una persona normal, una hija de diplomáticos que si pudiera no sería más que una desconocida. Mi relación con Matt no estaba rota, seguíamos siendo pareja solo que estábamos en un momento diferente, seguía demasiado enamorada de él, es más le quería mucho, para mi no era un típico romance adolescente que se iba a terminar y obviamente tras la declaración de Aurora, tenía claro que estaba atada a Matt de por vida, en mi vida había tenido muchos sentimientos por muchas personas, me sentí atraída por otras personas pero hasta el punto de que fuera a dejar todo por una persona o que me importara poco romper mis normas internas por él, era la primera vez. —¿Esto pasará siempre?—le pregunte, no me importaba que mi vida fuera expuesta en las revistas, eran todo mentiras, nadie sabía la verdad de nada, todo era un conjunto de teorías macabras que solo hacían alimentar rumores públicos que eran las telenovelas de la gente normal, hasta yo misma había vivido escándalos de la monarquía de esa manera. —Mientras seas novia de un príncipe si—me dijo y la mire. En mi país mi titulo era demasiado importante, éramos linaje no directo con la monarquía, organizábamos la ciudad más importante del país sin hablar de que el puesto en el parlamento de mi familia era uno de los más importantes, éramos consejeros directos del rey y en el caso de que toda la familia real se muriera, la corona sería nuestra y esa era la unica razón por la que la madre de John le quería casar conmigo, porque mi titulo era mucho mejor que el de ellos. Pero en Monte Alto la prensa nunca hablaba de las familias o de los diplomáticos, era una norma, no una ley ni algo impuesto, pero no se hablaba de ellos en las noticias y cuando se hacia era porque las familias hablaban, eran ellas las que daban las noticias y bueno que se dijera cada noticia era también bueno en parte, embarazos, muertes, enfermedades y todo eso se contaba, como una gran familia. —Se como son las cosas en Monte Alto pero muchas cosas son diferentes en el resto del mundo, debes adaptarte a esas cosas peor haremos que el proceso en el internado sea lo menos intenso posible, y hablare con tu abuela para que organice un sistema de seguridad para el verano—me dejo claro y le mire. —Pero ahora será raro que no este con Matt—dije haciendo que mi tío me mirara—Me refiero, nos han visto huir de una iglesia juntos y ahora no nos ven más juntos, la gente sospechara que hemos roto y será un escandalo mayor—comente y me miro. —No haré excepciones—dejo claro. —¿Por qué has hecho los cambios?—le pregunte dejando el periódico a un lado. —Isabella—me llamo en forma de suplica y la mire. —Ahora mismo los ojos están puestos en Matt y en mi, si ahora no nos ven juntos pensaran que hemos tenido un problema y luego en verano nos verán que hay problemas en el internado por lo que serás investigado—le explique. A ver no es que le fueran a investigar a él directamente pero hasta que no hubiera un enorme escandalo, estarían buscando la foto que confirmara la relación, un beso en el campo o una cita por el pueblo, buscarían la foto del millón de euros, esa foto del príncipe rebelde que esta sentando la cabeza y no es que nos vayamos a casar mañana pero de ilusiones todos viven. —Sois los únicos a los que no os puedo dejar juntos por mucho que quiera—me dejo claro y le mire. —¿Todo esto es por Matt y por mi?—le pregunte sorprendida—¿Te lo ha pedido mi abuela?—le pregunte demasiado sorprendida, no creo que mi abuela hiciera eso, bueno quizás si, antes de conocer a Matt no le gustaba la idea de que tuviera pareja que ella no hubiera autorizado pero luego, le gusto por lo que aunque se lo hubiera pedido sin dudarlo hubiera llamado para evitar que lo hiciera, aunque no tuvo demasiado tiempo con el tema de mi abuelo. —No, ella no tiene nada que ver—me dejo claro y le mire. —¿Entonces?—. Hizo un gran silencio, era demasiado raro, no era un silencio incomodo ni de esos que no molestaban a nadie, era un silencio necesario para que las personas pudieran pensar pero yo no necesitaba pensar necesitaba que me diera respuestas que me explicará que era lo que estaba haciendo, por que lo hacía, quería ayudarlo. —Él sabe mi secreto, si alguien se entera de ello, me odiaran, dejarán de hablarme, me quitaran todo—me dijo y le mire sorprendida, no creo que mi tío Ben pudiera hacer para que alguien le odiara, era una de las mejores personas del mundo, cariñoso y atento, nunca había hecho nada malo, ni matar a una mosca, no desde que lo conozco—Por ese secreto mi mujer me dejo—. Me quede callada, siempre pensé que la mujer murió y por eso se separaron, mi tío Ben solo se caso una vez aunque tuvo otras parejas pero en un resumen rápido solo tuvo hijos con la primera, que murió en un accidente de trafico, no era super joven pero sus hijos aun estaban en la universidad por lo que se que fue demasiado doloroso para ellos. —Nada en este mundo, hará que te odie, lo juro—le deje claro y pase mi mano por la suya, mi tío me miro en silencio, apretó mi mano y vi como casi se puso a llorar, no comprendía realmente bien que estaba pasando pero no pasaba nada, no iba a dejar de querer a mi tío por nada del mundo. —Ten cuidado con el señor Miller—me dijo y le mire sin saber que estaba pasando pero si ese señor sabía algo que podía hacer daño a mi tío iba a hacer todo lo posible para que se fuera del lugar, no iba a permitir que hiciera daño a más personas, ya se lo hacía a Matt y era algo que molestaba por lo que no iba a permitir que hiciera daño a alguien más. —¿El sabe tu secreto?—le pregunte y asintió—¿Puedes despedirle?—negó y suspiré. Me levante de mi silla y lo mire, me acerque a él para besar su mejilla y darle todo mi amor, no le abrace porque la rigidez de su cuerpo me dejaba claro que no estaba cómodo con los abrazos o el contacto, de forma normal mi tío Ben no era una persona partidaria del contacto físico, pero en ocasiones si dejaba que lo abrazáramos o le diéramos cariño, aunque a mi siempre me dejaba besar su mejilla. —Yo me encargo—le deje claro. Me miro. —No hagas nada malo—me aviso y le mire. —No me meto en problemas, solo veré que sabe y como guiar la situación para que deje de hacerte daño—deje claro y me miro—Porque obviamente no me vas a contar el secreto—. Mi tío me miro mientras aún estaba cerca de él, se que es duro llevar a tus espaldas un secreto que ha hecho incluso que te deje el amor de tu vida, que te haya dejado de amar y se haya ido de tu casa porque no estaba bien con tu secreto, solo me imaginaba que podía haber robado algo o engañado a su mujer para que ella hiciera algo, porque al ser mi tío un m*****o activo de la iglesia una infidelidad sería mortal sin hablar de que una de sus hermanas, mi tía Apollina era monja. Pero cualquier otra cosa, incluso el asesinato de otra persona estaría bien, a ver tendrías que ir a la cárcel pero no era una cosa demasiado malo, era algo sin solución y sino era nadie cercano, seguro había una explicación, además un secreto así entraba dentro de los votos matrimoniales de Monte Alto. Era raro pero como un rey mato a una persona en defensa y solo se lo confeso a su mujer, siempre que alguien se casa ahí se dice "Y cuando debas matar a alguien, yo seré tu cuartada, tu confidente y quien te ayude a esconder el c*****r", era horrible pero denominaba la unión y la alianza de un matrimonio que era muy importante, a la familia no la abandonabas ni traicionaba, era un juramento de sangre eterno y ese mismo juramente se hacía a la pareja. Puede que no fuera mi familia de sangre, pero como los amigos era la familia que elegía y le iba ha hacer el mismo juramento. —Siéntate—me pidió y me senté sin dudarlo. Si había creído que descubrir un portal y que mi familia era una especie de superhéroes sin sentido estaba claro que eso solo era la punta de la gigante bola de nieve que era mi vida, y que lo que iba a pasar en mi vida desde ahora iba a ser una mezcla de secretos, emociones y aventuras que obviamente no estaba preparada para vivir.
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