Capitulo 17

1353 Palabras
Aurora echo a los jovenes completamente histérica de la sala de control, el dolor y la desesperación se apoderaban de la mujer embarazada que apenas tenía unos pocos meses de embarazo. El portal era algo en dos sentidos por lo que Aurora podía cerrar el portar de su parte como lo hacía, desde el otro lado, pero las dos partes debían querer abrirlo para que este se abriera, para que este dejara lugar a los viajes, si una parte se negaba ha hacer cosas, nada iba a funcionar, era un acuerdo de muto acuerdo, o los dos decían si o nada funcionaba, era como debía funcionar la vida. Era uno de los viajes del grupo, que había terminado mal. Habían tenido siempre mucho cuidado pero esta vez las cosas habían salido de su poder. —¿Estará muerto? ¿Creéis que lo hemos matado?—pregunto Candela histérica. Tras hacer más de diez viajes a portales diferentes, los chicos habían decidido tomar muchos riesgos en sus viajes, como llevar materiales de su mundo para poder tener pruebas, para poder contar esto al mundo, para que la gente les creyera, para que el mundo dejara de verles como locos y cuando faltarán, cuando sus deseos fueran superior a los demás, la gente los pudiera entender y como no, poder compartirlo con él mundo. Sería hermoso que se pudiera viajar con caballos voladores, o incluso poder vestir como la monarquía más antigua, vivir en mundos de fantasía. Pero sus planes de poder darle un futuro a su descubrimiento se habían ido a la mierda. Sus vidas se basaban en ser niños de papa, en hijos de bien con buenos futuros ya maracos desde antes de que nacieran, los primeros hijos siempre heredan las cosas más importantes y más grandes, desde la responsabilidad de contar a tus hermanos las historias que no saben, el cuidar de ellos, el enseñar el camino a sus hermanos, como la herencia de empresas y títulos de gran poder. Pero ellos no querían esos futuros, por mucho que lo supieran desde siempre el deseo de que llegar a más, de ser más de lo que su apellido dijera de ellos, de lo que todos querían de ellos. —Claro que lo ha matado, idiota—grito Eva histérica mientras golpeaba la pared para intentar que el portal se abriera—Aurora por favor—grito Eva. Los viajes se habían vuelto una droga para ellos, eran adictos a eso, no podían parar, necesitaban cada vez más y lo que empezó como algo puntual se estaba volviendo algo que hacían todos los días. llevaban tres días seguidos viajando, mientras que algunos amigos viajaban más tiempo y otros viajaban y salían, el tiempo en su mundo no paraba de girar, no paraba de pasar contras mientras ellos se paraban por una aventura. —Travis deja que te ayude—comento Martha acercando una toalla a Travis que tenía las manos y el cuerpo lleno de sangre. Travis estaba congelado, no sabía que hacer. Travis de forma normal era una persona alegre, con gran personalidad que siempre alegraba a todos, sus ojos color miel y su pelo castaño, acomodaba perfectamente a su gran altura y a su tamaño ancho de hombros, era el hijo mediano de una familia números pero era el hijo favorito de su padre. El señor Ramos era un hombre de origen español que se había criado toda la vida en Alemania, y cuando su abuelo miro, fue al lugar que este le dejo, el internado San Nicolas en donde se convirtió en el director, se había enamorado de una alemana pero no pudo ser, se caso con una española con la que tuvo tres hijos pero cuando esta murió y su amor vino de nuevo a su vida, se caso y el primer hijo de ese matrimonio fue Travis, luego vinieron varios más pero el señor Ramos siempre tuvo algo especial con Travis era su primogénito de amor verdadero y eso le marco demasiado. —Travis—llamo la voz de un niño pequeño. Travis se quedo congelado, sabía bien que era esa voz, su hermano pequeño Ben se había quedado dormido en el sofá del invernadero, esperando a que su hermano volviera, el sol ya estaba pegando porque el niño de diez años estaba ahí esperando a que su hermano mayor volviera. Rápidamente Martha se acerco a Ben para que no viera la sangre en el cuerpo de su hermano, aprovechando que aún tenía los ojos entrecerrados. —Cariño ¿Has tenido una pesadilla?—pregunto Martha mientras intentaba que el pequeño no viera a su hermano. —¿Por que esta lleno de sangre?—pregunto Ben haciendo que Martha mirara a Travis—Voy a decírselo a papa, las bromas no me gustan—dejo claro el niño. Habían estado encubriendo sus desapariciones con castigos, bromas que provocaban que los castigaran para no tener que estar en clase y así no tener muchos problemas, porque era mejor un historial conflictivo que uno en el que se vieran suspensos y malas notas, esas cosas costaban dinero que se mejoraran pero los expedientes eran fáciles de borrar, lo harían en dos segundos con una trituradora de papel, era sencillo, nadie sabría nada. —Ben cállate—le dijo Travis demasiado nervioso—Eres demasiado pequeño, no entiendes nada—dejo claro haciendo que su hermano le mirara algo triste. —Travis, es un niño—le recordó Martha intentando evitar que Ben llorara. —Seguro que ese niño actúa mejor que el idiota de su hermano—se quejo Eva molesta y Travis la he mirado. —Te he salvado el culo, él que ha tenido que reanimar a la persona que tu has matado he sido yo, él que tiene toda la sangre de un inocente en sus manos soy yo, mientras que tu doña perfecta estas limpia y llorando para seguir jodiendo vidas—dejo claro Travis demasiado molesto. Martha se acercó a Travis para calmarle. —Vamos a cambiarnos y buscaremos la forma de solucionar todo poco a poco pero ahora nos toca ir a clase—dejo claro Martha que de todos sus amigos era la que más feliz estaba con el tema de que el portal se cerrara y dejarán de hacer esos viajes, para ella toda esa aventura no era necesaria, estaban actuando como niños sin cabeza y las aventuras no eran tan geniales, se giro a mirar a Ben y se agacho para acariciarle—¿Quieres que vayamos a por unas galletas?—pregunto pero antes de que pudieran hacer algo Ben salió corriendo. Todos se quedaron quietos sin saber que iban ha hacer pero estaba claro que ese niño iba ha hablar y su juego iba a terminar, las cosas no iban a ser fácil, iban a tener que dar muchas explicaciones y tener que cumplir demasiadas horas de castigo, peor por suerte o desgracia antes de que los gritos y el caos se hicieran presente, el portal se abrió. —Tenemos que escapar, nos van a matar—dejo claro George—Y a Travis lo meterán en la cárcel por asesinato—. Casi nadie dudo y corrieron al portal pero Martha se quedo quieta mirando a la puerta, tenía la escapatoria a sus dolores de cabeza a esa locura en sus manos, tenía la oportunidad de dejarlo todo y poder volver a la normalidad, a la vida que tenían antes de los viajes, antes de que Eva apareciera en sus vidas, vidas eran un caos, ella no quería ser la hija de su padre, ni la mujer de nadie pero no quería una vida irreal de fantasía. Quería ser una mujer poderosa, madre y responsable de sus decisiones, quería poder ser la que tuviera las riendas de su vida, una vida libre y llena de aventuras reales, comprar una casa, mudarse, casarse y tener hijos, aventuras que no mataban gente, aventuras que eran especiales pero sobre todo sin peligro. —Martha—la llamo Travis ofreciéndole su mano, Martha le miro con mil dudas en su cabeza.
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