(17) -No, Demian yo no me iré de aquí, ¿por qué demonios sigues tratándome como una niña? Tomás todas mis decisiones, no tienes derecho.-Le grité con fuerza mientras las lágrimas salieron, estaba enojada y mis gritos fueron subiendo cada vez más de tono. -Porque eres menor de edad.-Me contesta con sencillez mientras se tapa la cara con sus dos manos. -Soy tu esposa.-Le recalque mientras botaba sus manos fuera de su cara llena de vapor. -Y por ser mi esposa necesito que vayas a la casa de tu padre.-Lo dice entre dientes, tratando te mantenerse tranquilo pero sé que en algún momento el no podrá evitar actuar como Demian. -Demian, basta.-Trato de hacerle entender tomando sus dos manos y haciendo que me mirará a los ojos. -¡No, basta! Deja de reñir y por una vez en tu vida haz caso a lo

