Pasados unos minutos, el hombre llegó hasta la otra parte de la ciudad y fue directo hasta aquel campo de golf donde asistían solo personas de la aristocracia de esa región inglesa. Henry le mandó un mensaje a su amigo Charlie Astley, quien ya estaba esperándolo en el bar con una botella de coñac para empezar esa borrachera lo que a él le encantaba. El rubio le mandó un mensaje que ya estaba en el lugar y Henry se dirigió hasta allá sintiéndose muy derrotado y desanimado por todo lo que le sucedió en ese día. Charlie al verlo llegar con esa cara tan larga, se sorprendió en gran manera porque era primera vez que veía al hombre lucir así, por lo que de inmediato pensó: «¡Vaya, como que le pasó algo grave al Henry!» Henry llegó hacia donde estaba Charlie, y se saludaron chocando sus puños.

