*TANIA*
Me levanto del asiento y agarro los zapatos con la mano, al salir del pequeño dormitorio, lo veo frente al ventanal, de espaldas a mí, me detengo en silencio, es un hombre alto y fornido, tiene una mano dentro de la bolsa del pantalón y en la otra mano una copa de vino. ¿En que pensara? Decido salir sin que lo noté, bajé las escaleras y entre rápidamente a la cocina.
—¡Tania! ¿Cómo te sientes?
—Bien, lamento haberla preocupado.
—Me siento culpable, no debí permitir que hicieras eso, aquí está tu ropa, entra a ese cuarto a cambiarte.
Tomo mi ropa e ingreso al cuarto donde se guardan las cosas de limpieza, estoy en el limbo, pareciera que caminara entre nubes, es algo muy extraño. Al salir la veo platicando con un cliente. Coloco el uniforme en una bolsa, ella me ve y me indica
