《 TRES AÑOS DESPUÉS 》
Han pasado tres años desde que le diagnosticaron la terrible enfermedad a mi hermana Aby, ya tengo 4 años y aunque hay cosas que aún no entiendo muy bien se que más adelante me podrán explicar y entenderé.
Lo único que sé, es que nos mantiene unidos ese gran amor de familia, uno incondicional en donde no importa lo que estemos pasando, siempre contamos el uno con el otro en los mejores momentos y en los más difíciles.
Hoy es un día muy hermoso, él sol está en su mayor esplendor y las nubes parecen pequeños copos de nieve que decoran la inmensidad del cielo azul, puedo ver que algunas nubes tienen forma de oso, y me causa mucha risa lo que nosotros como niños podemos imaginar. Eso forma parte de nuestra inocencia.
Mis padres se encuentran arreglando la parrillera, mis tíos van a venir para poder festejar mi cumpleaños, a pesar de todo siempre tratamos de mantener la alegría y la felicidad. Eso le hace muy bien a mi hermana.
Él jardín está muy hermoso, tiene arreglos de globos de colores por todos lados, en la mesa ya está él pastel, pepitos, chupetas, caramelos y demás chucherías. Él decorado es de la princesa Sofia, me encanta mucho, es mi princesa favorita.
Y a un extremo se encuentra una mesa decorada de color lila y rosado, es donde van a colocar los pocos o muchos regalos que me van a traer. Se que hoy será un día especial.
Estamos celebrando mi cumpleaños número cuatro, estoy muy feliz de tener a la familia que tengo, junto a una mesa están todos los regalos que mis primos y tíos me trajeron. Aby está loca por abrir mis regalos y mamá dice que no, los regalos son míos y cuando llegue él momento entre las dos los podrán abrir.
Aby está muy contenta saltando en él trampolín que nos regaló tío Hector, al principio mamá no estaba de acuerdo decía que era muy peligroso porque nos podíamos caer. Y tío que siempre piensa en cada detalle mandó a colocar una malla alrededor del trampolín, y pues a mamá no le quedó de otra que aceptar.
Mis primos y mis hermanos estamos disfrutando mucho este día, pasamos corriendo, bailando y eso si comemos muchos dulces a excepción de Aby, ella no puede comer tantos dulces y mucho menos que contengan colorantes, tía Isabel se encargó de llevar unos caramelos que según son especiales para ella y son los único que puede comer.
La comida que prepararon es una deliciosa parrilla, papá está muy contentos sirviendo los platos junto a mi tío Hector y mamá, los demás se encargan de estar pendiente de los pequeños mientras conversan.
En una mesa muy larga colocan los platos con la deliciosa comida, somos una familia un tanto numerosa entre tíos, primos, hermanos y padres somos unos 20, ya pueden imaginar él largo de la mesa.
Nos sentamos y empezamos a disfrutar de la deliciosa comida, tengo tanta hambre que me comería una vaca, se que suena un poco exagerado y más aún para una chiquilla como yo.
《 DOS HORAS DESPUÉS 》
Ya es hora de picar él pastel y mamá llama muy emocionada:
¡Niños!-¿ Quién quiere pastel?
Vengan a cantar él cumpleaños.
Y parece que mamá dijo que les daría algún juguete, todos salen corriendo como caballo desbocado hacia la mesa. Los adultos se ríen mucho al ver la manera en que todos corremos. Nos van organizando alrededor de la mesa, como soy tan pequeña colocan un pequeño banco para poder tener la altura que necesitó para poder soplar las velas, a mi derecha está mi hermana Aby mientras que a mi izquierda está Tomy.
Empezamos a cantar él cumpleaños y como todo niño inquieto Tomy y Aby pasan los dedos por el pastel comiendo la crema que la decoraba, mamá no se había dado cuenta y yo reía por lo que ellos estaban haciendo.
Al terminar me dicen que pida un deseo antes de soplar las velas. Pienso por un instante mi gran deseo y lo que pido es:
" Pido con todos los deseos de mi corazón por la sanación de mi hermana, que nos mantengamos unidos con todo el amor que hasta ahora nos mantiene fuertes para seguir superando todo lo que tengamos que pasar"
Y le doy un gran soplido a mi vela que tiene el número 4 apagandola al instante, se escuchan muchos aplausos y risas.
Nos mandan a sentarnos en unas pequeñas sillas que están a una corta distancia de la mesa en donde está el pastel.
Empiezan a cortar el pastel y servir la porción en cada plato junto al quesillo y la gelatina. Tía Fanny va sirviendo los refrescos y va repartiendo junto al pastel.
Después de pasar un gran día compartiendo en familia, ya es un poco tarde y los invitados empiezan a despedirse y poco a poco la casa va quedando desocupada. Tía Fanny es la última en retirarse, nos da un gran abrazo de esos que te dejan sin aliento, ella siempre nos da esos abrazos para que no la extrañamos Hasta el día que regrese nuevamente. Diciendo :
Mis niños hermosos los amo de aquí al infinito.
Se portan bien y sean obedientes con sus papitos.
Los amo mucho.
Luego de esas palabras abraza a mamá y también a papá, ellos le agradecen por haber asistido. Cuando está cerca de la puerta se gira y nos empieza a lanzar muchos besos y finalmente se va. Le digo a mamá:
¿Mami ya puedo abrir mis regalos?
¡Anda dí que sí, mami sí!
Y a ella no le queda de otra que aceptar, mis hermanos y yo saltamos y aplaudimos al mismo tiempo. Cada uno toma un regalo y sin esperar más tiempo rompemos los papeles, los juguetes son variados, me regalaron legos, muñecas, pelotas, entre otros más.
La mayoría son para niñas así que decido con!partir con Aby y a Tom le obsequio una pelota y la bolsa con legos para que arme lo que quiera.
Mientras nuestros padres están sentados en él sofá de la sala abrazados, no dejan de mirarnos y sonreír están muy felices. Papá susurra algo al oído de mamá y ella voltea y le da un pequeño beso en sus labios, luego la toma de la mano y le da otro beso.
Mi reacción fue tapar mi boca con la mano y reír en voz baja. Me gusta mucho que estemos así de felices, seguimos jugando por un rato más hasta que papá nos avisa que ya es hora de dormir y que tenemos que recoger todos los juguetes.
Nos colocan nuestros pijamas y nos acuestan a cada uno, papá tiene por costumbre contar un cuento antes de ir a dormir, dice que leer es bueno porque alimenta nuestra imaginación.
Antes de terminar el cuento mis hermanos ya están profundamente dormidos y yo estoy en proceso de hacerlo también, siento que papá me da un beso en la frente y nos da la bendición. Este fue sin duda alguna un día especial, sin saber lo que nos va a deparar el día de mañana. Estoy por quedarme dormida y no se si estoy soñando pero escucho a lo lejos a mamá decir:
No, apurate Robert...
" Vive y disfruta cada día a plenitud "