2.

928 Palabras
Obsesión Observé a Alex mientras saludaba a Samuel, el extraño hermano menor del Hugo, a quién conocí hace poco. Parecía un pibe recopado, no creo que esté bien del todo de la cabeza, pero cae bien de inmediato, es muy chistoso, pero no fue él quién llamó mi atención en ese momento, sino el niño que estaba junto a él. Fue muy extraño, nunca lo había visto antes y eso que llevaba ya varios años en este instituto, pero era… realmente diferente. El flaco tenía el pelo n***o, era pequeño, al igual que sus ojos. Parecía ser filipino, coreano o tal vez japonés, no lo sé, pero era… no sé describirlo. Era francamente precioso y no por el hecho de ser diferente, porque yo también lo era al tener rasgos de otra nacionalidad, pero no sé en sí que fue lo que me hizo fijarme en él, aún no lo puedo comprender. Debo aceptarlo. Tengo tal vez un problema, una especie digamos de, fijación, hacia los chicos que son más pequeños que yo (en estatura). Vamos, hay que admitir que siempre tenemos algún tipo de fijación, yo qué sé. Sé que hay chicos que les gustan las minas de pelo crespo, rellenitas o de cabello corto, sé que hay chicos que le gustan los chicos más altos, fornidos o con barba, cosas así, y a mí, en especial, me gustaban, pequeños, bajitos, que fueran simplemente adorables, nada más que eso. No sé porqué me sucede esto, siempre he querido salir con un chico que sea más pequeño que yo, pienso que sería bonito abrazarlo e incluso, podría cagarlo y mimarlo. Lo sé, puedo sonar muy cursi, pero realmente me gustaría salir con alguien que tenga al menos esa característica y al ver al niño que estaba junto al Samuel, que era tan… ¿exótico sería la palabra correcta? Me perdí viéndolo varios segundos, pero él no me miró a mí. Estaba absorto en un Atari (no sabía que aún existían) y tenía una chupeta en la boca. -Rubén, ¿nos vamos?-Preguntó Alex jalando la manga de mi camiseta y asentí. Fuimos hasta la cancha, donde estaban unos seis o siete chicos del equipo, pero aún faltaban más de la mitad. Calentábamos en lo que llegaban y entonces, miré a Alex. -Alex.-Lo llamé y me miró. -Dime. -¿Quién era el pibe que estaba con el Samuel? -Mmm.-Lo pensó un segundo.-No lo sé, sé que es su amigo y que es tailandés. Es otro m*****o de la especie única de Samuel. -¿Tailandés?-Pregunté enarcando una ceja, él asintió. Vaya, nunca había conocido a alguien de ese país.-¿Cómo que es de la especie de Samuel? -No sé, sabes que Samu es bastante extraño. Son muy parecidos, pero no creo que, el tailandés sea autista también. Pero sí son muy parecidos, inocentes y niños aún. Incluso juegan todos los días a las escondidas, ¿puedes creerlo?-Dijo entre risas y rodé los ojos. Increíble. Esto francamente me resultaba fascinante y fue cuando entonces, empezó la… obsesión. Toda la mañana tuve su imagen en mi cabeza y no entendía porqué esto me sucedía,, ¿qué carajos estaba mal en mí? ¿desde cuándo me convertí en un psicópata despreciable? No era algo que me hubiese sucedido antes y en verdad, me desconcertaba el hecho de que no hubiese salido de mi cabeza en toda la mañana, así como esa tarde, y entonces… al no salir en ese día de mi mente y saber poco o nada sobre él, decidí que sería mejor no pensar en él, no sabía quién era, pero… eso no era lo que sucedería los días siguientes. La tarde del viernes, estaba con Alex en nuestra sala junto a Hugo, y la novia de Hugo tomaba el sol en nuestra terraza. Jugábamos naipes y por mi parte, me quedaría solo un rato, en lo que daban las seis en que debía ir al restaurante de mi vieja, o bueno, en el que solía trabajar mi vieja, yo conservé el puesto. Me servía, ganaba dinero propio aparte del que mandaba mi madre y con él, pude comprar mi moto y ahorraba cada mes, aún no sé para qué. Cuando Julián ganó (el pelotudo es el mejor jugando casi todo), Hugo tiró las cartas y bebió un enorme sorbo de cerveza. Mis amigos siempre beben, es una lástima que no pueda hacerlo. Jamás podré beber cerveza en mi vida, no de nuevo, podría morir. -Odio jugar contigo.-Se quejó Hugo y Julián se jactó. -Qué culpa que vos seas un mal perdedor. -Hacés trampa, ¿crees que no te vi? -Andáte a la mierda. -¿Cómo me dijiste?-Se iba a levantar a pegarle, muchas veces nos hemos pegado por este tipo de boludeces, pero Álex lo detuvo. -Siempre quieres pelear, ¿por qué no eres como Samuel?-Se quejó Alex y Hugo chasqueó la lengua.-Hablando de Samu, debo ir a recogerlo donde Chen. Me dijo que lo buscara a las 17:30h para jugar Call of duty. -¿Chen?-Pregunté. -Ese es el nombre del flaco que anda con él.-Comentó Hugo y de nuevo, la intriga hacia ese niño, volvió a meterse en mi cabeza.-No me agrada mucho ese flaco, me parece un poco afeminado. -¿Y eso que te importa?-Dijo Julián y miré a Hugo. -Creo que está enamorado de mí. -¿Qué?-Chilló Alex y fruncí el ceño. ¿Qué carajos? ¿hablaba en serio? No entendí por qué Hugo dijo eso en ese momento, pero vaya que luego entendería porqué.
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