Las heridas de Sky la incapacitaron por algunos días; lo cual no podía ser más terrible, pues los ataques a los herederos parecían ir en aumento sin la protectora de los mismos. Víctor se planteó varias estrategias para proteger a los futuros líderes de Hope en los próximos días. Manteniendo una seguridad máxima, pero sin rastro alguno los herederos estaban completamente a salvos en todo momento, mientras los lideres solo podían discutir que maniobras realizar para hallar a los culpables de todos estos ataques.
Sin embargo, luego de unos días estos simplemente cesaron sin ningún incidente resultante o amenaza del mismo haciendo despertar la curiosidad de Víctor y generándole nuevas preguntas sin respuesta ¿Por qué menguaron los incidentes? Y si acaso había la posibilidad de que Sky fuera el blanco ¿Quién más podría serlo? ¿Es una trampa toda esta serie de acontecimientos? Sus pensamientos fueron interrumpidos abruptamente por la llegada de un mensajero del líder naranja, quien solicitaba su presencia inmediata en sus habitaciones, tras su llamado el corregidor se dirigió a los aposentos del líder naranja la cual se encontraba ubicada al extremo norte del castillo justo en dirección opuesta a la del líder blanco, al llegar en el lugar únicamente pudo pasmar su mirada en la puerta con detalle plateado y la figura de un gran león que ocupaba en toda la puerta, lentamente la abrió mientras a lo lejos el hombre se encontraba escribiendo en una pequeña mesa de madera.
— Disculpe corregidor, acaso sus días son aburridos en este enorme palacio—comentó desde la entrada en lo que el joven se quitaba los anteojos de lectura— ¿Cómo va la investigación? —preguntó en tono altanero el mensajero del supremo—.
— La verdad, todo parece muy tranquilo estos días —comentó sarcástico— acaso ¿no le parece esto extraño?
— Si un poco, pero es mejor algo de paz en medio de tanta confusión — se levantó de su mesa para acercarse— por cierto, la sirvienta ¿Ha confesado algo?
— Resultó muy poco colaboradora, así que, los soldados se están dedicando a usar métodos poco ortodoxos.
— Ojalá no sean rudos, podrá ser una asesina— sonrió burlón— pero no debemos rebajarnos a ser como animales.
— En eso tiene razón líder naranja.
— Pero bueno, creo que le ayudaría bastante en la investigación si visitase la biblioteca del palacio, puede que aprenda de nuestra cultura, ya que presiento que aún le parecerán extrañas varias cosas.
— Si sería positivo leer algo al respecto, sobre todo para entender a los herederos, aquellos chicos me sacan de quicio a veces.
— Por supuesto, sé muy bien lo que es estar en su posición señor Lies, con todo si va a acceder a este sitio, procure que un soldado le acompañe, es la normativa para entrar a la biblioteca.
— De acuerdo, como diga – respondió Víctor mientras se retiraba de la habitación—.
Un poco intranquilo por la sugerencia y por la seguridad extra que tendría que llevar consigo, la conciencia del corregidor despertó una duda en él ¿es para protegerme o para evitar que descubra algo? Se preguntó a si mismo mientras caminaba por los grandes pasillos del castillo.
Después de la hora de almuerzo, Líes visitó la habitación de Sky, quien al parecer aún no despertaba de su sueño, ya eran tres días de convalecencia y su compañera permanecía dormía, no se preocupó mucho por ello, pues los médicos la atendían a cada momento. Salió de la habitación en camino a la biblioteca, al llegar a la entrada solicitó a un guardia que le acompañase siguiendo las órdenes del líder naranja, una vez dentro empezó a seleccionar libros de temática cultural e histórica, en cada estante había varios textos que hablaban de la grandeza de aquel continente y del esfuerzo de sus líderes, en especial de las hazañas de todos los líderes rosa blanca que habían gobernado Hope.
La tarde comenzaba a notarse en las ventanas de la biblioteca, y la búsqueda del corregidor se hacía cada vez más obsesiva, cuando entre los estantes de la parte final de la sala de lectura, pudo observar un pequeño panfleto que titulaba “la guerra de las mil almas y su repercusión en los líderes”, para ser un tema tan importante, ¿Por qué sería tan corto el texto?, se cuestionó de inmediato Víctor mientras ojeaba las páginas dentro del texto, en eso el soldado que lo acompañaba alcanzó a ver su texto seleccionado, y le obligó a deshacerse de él.
— Puedo saber por qué me lo arrebata soldado, ¿acaso está prohibido o algo así? – discutió Víctor mientras trataba de hacerse con el panfleto robado.
— Usted mismo lo ha dicho.
— Pues explíqueme por qué lo está.
— Hace algunos años, un catedrático de Historia había parloteado sobre un descubrimiento de hace cientos de años, sobre la verdadera historia de Hope, Iluso, el tipo calumnió sobre la vasta historia documentada a través de los tiempos de generación en generación.
— Y bueno pues ¿Qué decía el sujeto?
— Fue hace tanto que no lo recuerdo, rápidamente esos textos fueron suprimidos y sus teorías desmentidas por varios historiadores de Hope, nunca supimos más de él, me extraña que uno de sus textos este aquí, en el palacio.
— ¿Cuál era su nombre?
— No sé su nombre, pero su apellido sí, me parece que era Rigth.
La impresión había dejado sin aliento al corregidor quien, con mayor motivo intento apoderarse del folleto sin éxito alguno, necesitaba saber del contenido de aquel texto a toda costa, pero el guardia al ver sus intenciones continuaba sin ceder, hasta que otro guardia intervino en la biblioteca para buscar a Líes.
Después de tantas torturas inimaginables la prisionera finalmente estaba dispuesta a dialogar, al escuchar tal noticia el joven corregidor fue a la celda lo más rápido que pudo, pero al llegar ahí tuvo que contener el deseo de vomitar ante una escena sangrienta jamás antes vista, la cantidad de heridas en el cuerpo de la chica eran innumerables y su rostro antes terso se encontraba desfigurado debido a los golpes recibidos.
— Me dijeron que piensas colaborar con la investigación ¿es cierto? – pregunto Víctor mientras se acercaba lentamente a la prisionera atada.
— ¿Colaborar? No me haga reír, estoy casi muerta.
— Si no quieres colaborar ¿para qué me hiciste venir?
— Enserio pones tanto esfuerzo —insinuó provocando la ira del corregidor— todo en ayudar a estos hipócritas ¿para saber la verdad? Deberías cuestionarte con quien trabajas, todos guardan secretos.
— Los secretos que mencionas ¿acaso tú sabes las respuestas? Podría ayudarte si me las das.
— No tengo las respuestas que buscas, yo solo seguía las órdenes de mi maestro, pero tu compañera si ¿Qué? ¿Confías en tu compañera? No lo creo, debe haber algunas DUDAS, por ahí.
— Puedo hacer que te torturen todavía más —dijo el corregidor mientras salía de la celda—.
— Puedo soportarlo ¡Oye! Dile a la rosa azul cuando despierte, que envío saludos a Alexander.
— ¿Qué dijiste?
— Te sorprende que sepa de alguien que ni tú tienes idea, no somos estúpidos, sabíamos de ustedes, y su, pasado, por ejemplo, de Emilia.
— ¿Qué dijiste? —se acercó frenético de rabia y sostuvo fuertemente el cuello de su blusa— ¡¿Cómo sabes de ella?! Dímelo, ¡habla! —exigió Líes mientras jaloneaba la camisa de la prisionera—.
— La buscaste tanto tiempo —comenzó a reír con dificultad—¿debe ser una joven de 20 años ahora? ¿Estará con vida? Claro que sí, o al menos, tú piensas en ello ¿no? – respondió la muchacha mientras no paraba de lanzar nerviosas carcajadas entre sus comentarios—.
— ¿Qué sabes de Sky y de mí? Más vale que respondas ¿Quién te dijo todo esto?
— Me lo dijo, mi maestro, el heredero verdadero —respondió la chica antes de desmayarse por las heridas causadas—.
Los esfuerzos del corregidor por despertarla se vieron nulos por la intervención de los guardias que lo sostenían, finalmente en un arrebato de ira se liberó y salió del lugar, al volver en los pasillos del palacio se adentró en sus habitaciones para luego lanzar una silla lo más lejos que podía, luego de desquitar su rabia contenida se desplomó en el suelo pensativo tratando de saber cómo fue que supieron sobre su hermana cuando ni siquiera el mismo corregimiento tenía alguna idea, nadie había escuchado sobre Emilia aparte de Sky quien aún dormitaba en su cuarto, de pronto una idea asaltó su mente haciendo que se levantara de un brinco, silencioso se acercó a ver como estaba la joven y efectivamente confirmó que ella no pudo ser quien revelara tal dato.
Volviendo a salir de su habitación Víctor se dirigió rápidamente al cuarto de comunicaciones, mientras su mente divagaba sobre lo sucedido ¿Right estaba al tanto de sus raíces? ¿Qué teorías dictaba el texto que le fue arrebatado? ¿Quién era de confianza realmente? Esas y más preguntas abundaban entre sus memorias. Pero la interrogante que más rondaba su mente era sobre su hermana y sobre Sky. La impresión de ahora comprender las palabras de su compañera mucho antes de emprender el viaje detuvo su presuroso caminar, entonces que ideo un plan, al llegar finalmente al cuarto de comunicaciones tomó el radio esperanzado en conseguir respuesta de alguien al otro extremo y comenzó su llamado hacia Astra.
— Soy el corregidor, Víctor Líes— indicó en tono serio— estoy informando sobre los acontecimientos de la investigación ¿hay alguien ahí? Contesten.
— Soy la corregidora Laila ¿eres tú, Víctor? Ya era hora el jefe esta por explotar—respondió gentil— dime ¿Cómo es allá?
— Pues es DIFERENTE, creo, dime ¿el señor Right está contigo?
— No por ahora, ha estado investigando por su cuenta sobre Hope, pero espera un momento, lo llamaré y…
— Espera—interrumpió la conversación de la chica— no es necesario Laila, escucha necesito que averigües algo por mi ¿puedes?
— Que sucede ¿algún problema?
— Escucha con mucha atención necesito que investigues sobre el incendio de algún orfanato en Astra hace aproximadamente 15 o 16 años atrás. Busca lo que sea, periódicos, informes policiales, necesito saber de una niña de 4 años involucrada en ese hecho.
— Víctor, me asustas ¿Qué está sucediendo?
— Necesito que lo hagas sin avisarle al jefe o a alguien más del corregimiento, te daré un informe de todo para que entregues en la oficina, pero prométeme que no le dirás a Right sobre lo que te estoy pidiendo.
La oficial accedió a la extraña petición de su compañero, mientras con algo de nervios se acercó a su jefe para entregarle el informe de Hope, lentamente se acercó con recelo entre el ajetreo del señor Right al leer una infinidad de libros y subrayaba todo lo que le parecía importante. La oficial de pronto interrumpió las actividades para entregar el informe, mientras el jefe de corregimiento lo recibía impaciente para leerlo.
La corregidora atendió los pedidos y con gran cautela realizó el informe para luego entregárselo a Right, esperaba la revisión de su jefe mientras husmeaba las palabras subrayadas de los diferentes textos en la oficina, entre ellos encontró la frase “En el nombre de Dios”, lo cual despertó dudas en la corregidora que sin vergüenza dejó saltar una pregunta de sus labios.
— ¿Ese no es el lema del primer llegado de Astra?
— ¿Cómo dijiste? —cuestionó el corregidor Right apartando la vista del informe, para luego dirigirla a la corregidora—.
— El primer poblador de Astra, ese lema está grabado en la capilla sobre su tumba, ¿no lo conoce? es la más antigua del distrito 11.
— ¿Cómo sabes de esa capilla?
— Una vez fuimos de visita con mi madre, fue hace tiempo, pero según los historiadores es probablemente la capilla más antigua en honor al primer poblador de Astra, bautizada como la capilla de la rosa.
— Ya veo, gracias por el dato, sobre el informe está todo correcto, este atenta a cualquier otra comunicación con el novato y vuelva a trabajar.
— Sí señor, enseguida vuelvo al cuarto de comunicaciones.
— Muy bien, otra cosa más, me tomaré unos días de descanso, no quiero que nadie me moleste en ese tiempo ¿de acuerdo?
— ¿Cómo dice? Sí señor, lo tendré en cuenta —respondió la corregidora mientras observaba a su jefe, recogiendo sus pertenencias para retirarse temprano a su casa—.
Al ver como su jefe se iba por unos días de inmediato la corregidora se puso en marcha a investigar lo que Víctor tan insistentemente había pedido, mientras tanto el corregidor se dirigía a su apartamento algo distante de la realidad, su mente merodeaba en busca de alguna respuesta que relacionara toda su investigación con Hope, la respuesta más buscada ahora eran las misteriosas palabras de Sky poco antes de su partida.
Realmente existió un primer colono en Astra, pero ¿Por qué mencionarlo ahora? Al parecer Sky sabía más de lo que decía en realidad, tal vez en sus palabras estaba un código para facilitarle encontrar una respuesta que intentaba hallar desde hace mucho tiempo atrás, entonces ¿Por qué decidiría ayudarlo? El corregidor se preguntaba eso mientras ingresaba finalmente a su hogar, una vez allí cerró la puerta de un golpe y tiró todos los papeles que llevaba a la mano en una mesa junto a la entrada de su habitación, se quitó su corbata con gran cansancio y recogiéndose las mangas de su camisa se dirigió a un cuarto oscuro ubicado al final del pasillo, aquel lugar estaba lleno de recortes de periódico, hojas y una infinidad de trazos que señalaban en el centro el continente de Hope.
Luego de revisar varias veces entre los recortes pegados en la pared recordó un detalle que creía olvidado, corrió hasta su estudio y buscó entre los álbumes de la familia para encontrar una antigua foto de su abuelo frente a un antiguo santuario titulado “La rosa”.
Los días pasaron en Hope, mientras Víctor pasaba horas enteras a la espera de su compañera, quien aún permanecía en un profundo trance. El joven corregidor no dejaba su asiento mientras tomaba apuntes de datos importantes sobre el territorio en el que se encontraba, cuando uno de los guardias ingresó abruptamente en la habitación.
La razón de su intromisión no era otro sino de informar un nuevo comunicado por parte de Astra, al enterarse de tal noticia Víctor se levantó de su asiento y luego de un breve vistazo a su compañera se dirigió al cuarto de comunicaciones, estando allí escuchó una voz familiar que preguntaba en breves lapsos por la interferencia del comunicador.
— ¿Víctor, estás ahí? —susurró la corregidora—¿hola?
— ¿Laila? Soy yo, dime encontraste algo.
— Me temo que he encontrado algo, pero nada de esto te podría parecer bueno.
— ¿Qué dices? —se aseguró de que nadie más lo escuchara y cerró la puerta— ¿Qué fue los que encontraste?
— Busqué lo que me pediste y como dijiste, si hubo un orfanato que se incendió hace tiempo, pero, en los archivos no aparece nada sobre unos sobrevivientes.
— No puede ser ¡es imposible! —pausó un momento— ¿estás completamente segura?
— Si, en los informes de los corregidores se determinó que cuatro niños que sobrevivieron al incendio, murieron un día después debido a las lesiones.
— ¿Niños? Te refieres a todos hombres ¿no había ninguna niña en el lugar?
— ¿niña? No ninguna, bueno, en realidad hay un informe sobre una niña de unos 4 años, había llegado hace apenas un mes al orfanato antes de que se incendiara, al parecer era la única niña en el sitio.
— ¿Cómo fue a parar allí una niña de 4 años? ¿En qué distrito se ubica todo lo que me dices?
— En el distrito costero número 11, según la información, fue encontrada inconsciente y al borde de la muerte cerca de las costas, cuando despertó no decía más que la palabra papá, pero no hubo testigos, ni tampoco se halló a un culpable, se le declaró como caso sin resolver y la enviaron al orfanato. Falleció en el incendio del orfanato, pero no encontraron el cuerpo.
— Eso, es porque… ella no murió—habló para sí mismo— todo encaja, pero es extraño, como si me hablaras de mí…—pausó inquieto mientras su mente tocaba una idea tan loca que no podía comprender— ¿será posible?
— ¿Víctor, estás bien?
— Sí, debo cortar la comunicación, gracias por la información.
El joven corregidor apagó el comunicador antes de que Laila tuviera oportunidad de preguntar lo que sucedía, al quedar completamente en silencio en la sala de comunicaciones, Víctor se concentró en una nueva duda que no dejaba de rondar por todo el lugar. La descripción de la niña, como fue encontrada, eran señales tan similares a su hermana menor, su carácter tan suave y despreocupado, su cabello color n***o, incluso su misma personalidad burlona, todo se iba relacionando poco a poco entre Sky y la difunta Emilia.
A pasos largos Víctor se dirigió a la habitación de la Rosa Azul solo para encontrarla aún inconsciente, lentamente caminó hasta tomar la mano fría de su compañera y por un momento fijó su mirada en el rostro de la joven durmiente, toda la habitación se mantuvo en un silencio sepulcral, mientras Víctor tomaba una decisión y trataba de ordenar sus ideas. No paso mucho tiempo hasta que otro guardia ingreso a la habitación indicando disturbios en los límites del castillo. Sin embargo, poco antes de salir Víctor freno y volvió con Sky un momento antes de retirarse.
Las afueras del castillo era un caos, peleas a mano limpia, choques de espadas, y arqueros lanzando flechas a cada objetivo, varios sujetos en túnicas negras y con máscara similar a la del primer sospechoso peleaban por doquier, Víctor no podía creer la masacre que se estaba desarrollando, de inmediato, miles de guardias se desplazaron a la represión de los involucrados, mientras el joven corregidor trataba de analizar la situación.
— Dentro de poco acabaremos con esta situación ¡idiotas! Creyeron que solo atacando por el límite que da al bosque conseguirían algo —dijo el líder rojo mientras ordenaba que más soldados se dirigieran a la zona—.
— Esto es extraño ¿por qué atacarían por este lado? —preguntó el líder naranja—.
Al escuchar aquella pregunta Víctor no dudó en correr hasta las habitaciones de los herederos, al ingresar a la habitación sus sospechas se confirmaron al ver a los herederos quienes inconscientes se encontraban dispersos en la habitación y llenos de heridas, de inmediato supo que todo el asalto era una trampa para atacar desde adentro, el corregidor se aseguró de que la vida de los herederos no estuviera en peligro y se percató de la ausencia de uno de ellos en el lugar, rápidamente, corrió por todo el castillo hasta encontrarse con naranja para contarle la situación, al enterarse de ello, el líder ordenó que los guardias buscaran al culpable y pidió la asistencia médica para los herederos.
Entre toda la conmoción generada el corregidor se abría paso en los pasillos del castillo para poder verificar la seguridad de su compañera cuando entre el bullicio y los movimientos ajetreados de la servidumbre logró distinguir al heredero rosado escabullirse entre la multitud.
El heredero rosado se desplazaba silenciosamente aprovechando todo el caos hasta la habitación de la rosa azul, tras su ingreso miró fijamente la cama donde la rosa estaba cubierta entre las sabanas, sosteniendo un cuchillo con fuerza se dispuso a introducirlo una y otra vez, pero al notar que solo se trataban de un montón de almohadas apiladas se incorporó rápidamente buscando a su víctima en la oscura habitación, de pronto notó un ruido que le llamó la atención dirigiendo su mirada al joven corregidor que lo observaba mientras cerraba la puerta que conectaba con su habitación y tras ella el cuerpo yaciente de su compañera.
— ¿Cómo supiste que era yo? – preguntó el heredero, mientras cambiaba a una postura defensiva—.
— No estaba tan seguro con la revuelta, pero era obvio después de lo que hiciste a los demás herederos, además, tenías un terrible instinto asesino cuando peleamos.
— Bien, después de que termine contigo, seguiré con la rosa azul.
— ¿Por qué tanto interés en matarla?
— No responderé eso – contestó el heredero mientras se abalanzaba violentamente contra el corregidor—.
El corregidor pronto retrocedió y atacó el rostro del heredero mientras este lanzaba golpes letales con la cuchilla en su mano, Víctor intentó esquivar los ataques una y otra vez, pero la ira violenta del hombre consiguió ventaja hasta quedar arrinconado, por su parte el heredero sostenía una siniestra sonrisa de victoria mientras intentaba apuñalar fallidamente a su adversario quien aún lograba esquivar vanamente los continuos ataques, sin embargo, su alegría se vio interrumpida por una voz detrás de él que comentaba burlonamente.
— Aléjate de mi compañero – dijo la joven rosa azul mientras estrellaba un jarrón en la cabeza del heredero rosa—.
El impacto dejó inconsciente al heredero rosa quien en ese mismo instante cayó en el suelo completamente indefenso, mientras tanto Sky se acercaba a su compañero para luego sentarse junto a él y verificar el estado de sus heridas.
— ¿Hace cuánto despertaste? – preguntó Víctor, acompañado con un ligero suspiro de alivio y una disimulada alegría de ver a su compañera—.
— Más o menos cinco minutos después de que me recostaste en tu habitación, tenías razón, tu cama es realmente incómoda —se quejó levemente de sus heridas—¿Cómo supiste que era sospechoso? – respondió la joven burlonamente en lo que procedía a inmovilizar al heredero—.
— No lo sabía, solo tuve una corazonada, estuviste dormida demasiado tiempo, al menos ahora podrás ponerte al corriente, además, tengo muchas preguntas que hacerte Sky –mencionó Líes tratando de tomar asiento con la pared en su respaldo—.
— ¿Cuánto tiempo dormí? —preguntó retóricamente— ni me lo digas, para que tengas tantas preguntas quiere decir que has estado investigando sobre Hope ¿verdad? Bien, responderé tus dudas.
— De acuerdo, dime que sabes realmente sobre Right, y también quiero saber sobre el hombre llamado Alexander —dijo seriamente Víctor con una mirada expectante a la respuesta que daría explicación a su pedido—.
— Vaya —se levantó con dificultad del suelo— empezamos con temas complicados, de acuerdo, el apellido Right se podría decir que estuvo aquí desde los primeros asentamientos. Pero, fue la única familia exiliada, supongo que es todo lo que puedo decirte por ahora.
— ¿De qué hablas, por qué no puedes decirme más?
— Lo siento Víctor, pero si por alguna razón te llegarán a atrapar, debes ser capaz de decir que no sabes nada, de lo contrario es posible que me obliguen a matarte. Necesito que confíes en mí, te lo contaré todo, pero no en este momento.
— Está bien, no preguntaré más, pero y que me dices de ¿Alexander? ¿Por qué la sirvienta te envió saludos para él? – cuestionó Líes mientras se acomodaba sus anteojos—.
— Alexander, es mi maestro, pero ya murió hace tiempo ¿Cómo es que ella sabe de él?
— No lo sé, pero al parecer sabía también de mi hermana, tal parece que se dieron la molestia de averiguar muy bien nuestros antecedentes.
— Así que también hay un infiltrado en Astra, de acuerdo porque no interrogamos un poco más a nuestros sospechosos.
— Sería inútil, son buenos para soportar torturas no sacarán nada a menos que ellos quieran.
— Desde cuando eres tan negativo Víctor, tú tienes una habilidad analítica única, solo necesitas que yo los haga hablar, por cierto ¿Qué tanto toleras la sangre?