La chica de la rosa Azul

2681 Palabras
El continente Astra se encontraba dividido en aproximadamente treinta distritos, todos vigilados por la gran institución denominada el corregimiento la cual se ubicaba en el primer distrito y siendo este la base de sus instalaciones en todo el continente, del mismo modo los corregidores eran quienes mantenían el orden y la correcta convivencia entre los habitantes. Cada distrito por su parte cumplía los reglamentos establecidos por esta magnánima organización que estaba encargada de llevar un minucioso registro de cada uno de los pobladores; desde partidas de nacimientos hasta papeles de defunción, la gran asamblea del corregimiento se encargaba de controlar la natalidad, estudios y muerte de toda persona viviente en el lugar, sin embargo, pese a toda su labor y gran responsabilidad nadie tenía conocimiento de quienes componían dicha asamblea, por lo que varios rumores recorrían entre los mismos corregidores que el hombre a cargo podría ser el mismo señor Right, dado que pese a la gran cantidad de personas en las instalaciones del corregimiento al único que veían ordenar en el lugar era él. Sus labores lo obligaban a pasar veladas largas frente su escritorio, y el misterio que lo rodeaba era más que suficiente para que los rumores sobre su supuesto oficio se esparcieran, aun así, se mantenían crédulos a la idea de que el jefe del corregimiento fuera la misma gran asamblea, hasta que la noticia del llamado de emergencia por parte de Hope llegó a cada rincón del establecimiento al mismo tiempo que se supo fue recibida por el Jefe. El silencio de la asamblea frente a la situación que se avecinaba era preocupante mientras el único que parecía tomar acciones al respecto era el jefe quien, cada vez que contestaba un llamado terminaba con un aspecto lleno de ira nerviosa que atormentaba a todos los demás trabajadores. El señor Right se encontraba en su oficina revisando los archivos sobre la historia de Hope, el misterio sobre aquel lugar no dejaba de intrigarlo al mismo tiempo que lo frustraba no poder contar con mayor información que entre las líneas que narraban su descubrimiento y las pocas páginas sobre cómo se desarrolló la enigmática guerra de 1000 almas, desde su infancia había coleccionado libros de todo tipo que recopilara hasta el mínimo enunciado sobre un lugar tan recóndito que hasta ahora se había mantenido en un silencio absoluto. Parte de su curiosidad se debía a que el apellido del corregidor era uno de los más antiguos desde el inicio del continente Astra y la gran mayoría de sus ancestros mantenía un gran trabajo en el corregimiento desde hace varios años, pero eso no quitaba sus sospechas sobre la razón de sus ancestros por abandonar un continente fértil como Hope por otro completamente desértico, siempre pensó que había algo más en la historia que continuaba oculto, y eso no dejaba de incitarle a que buscara cuanta información dispusiera. A ojos de todos, el jefe del corregimiento era un hombre de carácter sombrío lleno de incógnitas sin resolver, de hecho, nadie sabía nada sobre él más allá de la oficina donde pasaba largas horas resolviendo crímenes y realizando su trabajo mientras bebía su taza de café amargo sin una sola pizca de endulzante, debido a su arduo esfuerzo por mantener el orden entre todo el continente rara vez se le veía vestir ropas más aseadas, incluso su figura regordeta hacía notar aún más las manchas de café que regaban entre sorbos mientras revisaba archivo uno tras otro como si una máquina se tratase. Algunos rumores entre sus subordinados afirmaban que el trabajo lo absorbió a tal punto de que su esposa e hijos lo abandonaron a diestra y siniestra mientras el jefe lleno de un gran lamento decidió enclaustrarse en las cuatro paredes que conformaban su oficina, muchos confirmaban sus sospechas indicando que su familia actualmente vivían en uno de los distritos más alejados de la oficina central, pero los cuchicheos continuaban con otras teorías que sin miedo a equivocarse resonaban sobre sus muertes a causa de un perpetrador armado al cual nunca se pudo capturar, sin embargo, pese a todos los comentarios la única persona que se mantenía a su lado como fiel ayudante, era la subordinada Laila aunque nadie conocía el motivo por el cual ella lo ayudaba y mantenía una incesante sonrisa acompañada de una calidez genuina cuando se dirigía al hombre frívolo en la oficina. El jefe de corregimiento estaba absorto en sus pensamientos cuando uno de sus subordinados ingresó sin permiso, la razón de su intromisión era la extraña señal de radio que irrumpía en la instalación, misma que había entregado el primer recado por parte de Hope. El mensaje provocó el salto inmediato de Right, quien se dirigió a recibir el mensaje, cuando contesto escuchó con dificultad la voz de un hombre con una voz elegante casi con acento sin descuidar su personalidad bufonesca. — Hola, hola, encargado de Astra— interrogó aquella voz con ligereza— ¿Cómo va el recado? — No lo sé —expresó molesto— talvez si diera más detalles de su NECESIDAD, pudiéramos cumplirlo. — Tan serio como la primera vez—soltó una pequeña carcajada— escuche, si supiera más detalles de la chica se lo diría. — ¿Qué me dice de su asesino? —preguntó sarcástico— por lo visto están desesperados para que uno de mis subordinados tenga que ir allá, o acaso ¿me equivoco? A través del trasmisor comenzó a escucharse una carcajada incontrolable mientras Right soltaba un soplo tratando de liberar algo del estrés que se acumulaba estrepitosamente en su interior, de pronto las risas pararon y aclarando la garganta se escuchó de nuevo la voz con un tono mucho más amenazante que el anterior. — Muy buena pregunta, pero le sugiero que no se meta en asuntos fuera de su, NIVEL— continuó, pero esta vez volviendo a su tono relajado— sin ofender, por ahora quisiera hablar con la chica. — ¿Qué le hace pensar que tenemos su encargo? — De lo contrario, no estaría tan confiado como para alardear su colaboración—aligeró su voz casi al punto de volver a reír— recuerde que soy el mensajero del supremo, y sé cuando alguien quiere salirse de su lugar, lo contactaré en 10 minutos. La advertencia del mensaje enfureció al jefe de corregidores mientras este no podía sentir un sudor frío recorrer su espalda; por unos segundos el cambio de aires de la persona tras el comunicador le causó un terrible sentimiento de terror y eso le enfurecía todavía más, luego de terminar la conversación su rostro se transformó al punto de rechinar sus dientes con una mueca llena de amargura. Rápidamente; pidió a gritos la presencia del novato y la muchacha mientras se dirigía hacia su oficina, una vez llegó allí desahogó su ira aventando los papeles sobre la mesa lo más lejos que pudo, a los ojos de todos fuera de la oficina se podía sentir un terrible odio salir de esta, mientras el hombre exhausto solo podía reclinarse sobre la silla y mirar hacia el vacío. El joven Líes ingresó minutos después acompañado de la fugitiva maniatada, quien con desdén no dejaba de intentar retorcerse lanzando pequeños codazos al novato mientras este mantenía su agarre firme del brazo de la joven, frente a esta infantil pelea Right solo pudo suspirar levemente en lo que se levantaba de su asiento para luego estirar su mano y presentarse. — Hasta que al fin conozco a la mujer más buscada en dos continentes —anunció animado— es un placer, soy el señor Right; jefe del corregimiento. — Un gusto —sonrió levemente mientras indicaba sus muñecas maniatadas— me temo que no puedo darle la mano, como ve, estoy atada. — Eso lo pude notar —justificó serio mientras fulminaba con su mirada a su subordinado— sin embargo, mi subordinado considera que es lo mejor. — ¿Puede decirme para qué, me hizo venir? —cuestionó mientras trataba de mover las manos— lo cierto es que el nudo me está lastimando las muñecas. La actitud de la joven de pronto le pareció familiar, de hecho, al escuchar tal respuesta le dio una sensación de ternura tal que el jefe no pudo resistirse a esbozar una ligera sonrisa, pero rápidamente desapareció mientras el hombre informaba sobre el comunicado de Hope, indicando lo ansiosos que estaban por encontrarla al mismo tiempo que deseaban comunicarse lo más pronto posible. — Es una pena, pero ni siquiera los conozco, dudo mucho que quiera hablar con más desconocidos—miró fijamente a su captor y continuó— el primero me cargó a cuestas en contra de mi voluntad. — Me temo que la persona que la busca, está muy impaciente por usted, de hecho, pidió comunicarse en 10 minutos, y como ya accedió a colaborar con el corregimiento…—pausó esperando provocar alguna reacción de la joven— — No tengo muchas opciones disponibles ¿eso quiere decir? — esquivó por un momento su rostro— de acuerdo, hablaré con ellos ¿Cuáles son las condiciones? — Mi persona estará al mando de la misión y en todo momento necesito un reporte específico de lo que sea que suceda —reveló arbitrario— además de que mi subordinado tendrá acceso libre, y, por último, estaremos los tres presentes en cualquier conversación que involucre la investigación o temas referentes. — Creo puedo conseguir lo que pide, siempre que trabaje al mismo nivel que tu subordinado —levanto sus muñecas ya rojizas por el nudo de la cuerda— y que me suelten, en serio el nudo me lastima. Ambos estrecharon fuertemente sus manos y una vez acordado el trato, el joven soltó a la prisionera para juntos dirigirse a esperar el comunicado del supuesto mensajero del supremo, frente a la sorpresa de todos en la oficina de comunicaciones la muchacha tomaba asiento junto al transmisor mientras acercaba una taza de café y bebía su contenido, por su parte el jefe de corregimiento mantenía una actitud frívola en lo que esperaba la llamada, por un momento el silencio se apoderó de la habitación dejando escuchar pequeños balbuceos de los demás corregidores que no dejaban de ver el jugueteo de la joven inspeccionando el lugar y asombrándose de sus alrededores con gritillos en voz baja, de pronto una voz conocida se escuchó por el parlante poniendo en alerta a todos los que se encontraban en la oficina. — Hola, hola ¿hay alguien allí? —continuaba sin cesar— ¿encargado? Conteste. — Habla Right, tengo a mi lado su encargo. — Pero que diligencia —comentó con voz sorprendida— sin embargo, hay que confirmar —pausó unos segundos— pásele el comunicador. Al escuchar aquella orden por parte del desconocido el jefe de corregimiento no pudo evitar apretar el comunicador por unos segundos, sin embargo, a regañadientes obedeció la orden del desconocido y con los ojos cerrados estiró el comunicador entregando el mando a la muchacha quien sin gana lo tomó mientras inhaló profundamente antes de contestar al fin. — Habla Sky —contestó la joven con tono serio—. — En el nombre de Dios… – dijo la voz misteriosa esperando respuesta—. — Volveré a cumplir tus órdenes cuando él me necesite —respondió titubeante la joven, mientras observaba la mirada intensa de ambos corregidores a su lado—. — Es bueno encontrarla —indicó la voz con alivio— mi hermosa flor inalcanzable —cambió a un tono altivo— ¡bueno, bueno! ahora detallaré con el corregidor la misión. — Le pasaré el mando entonces. La joven rosa un tanto acongojada le devolvió el comunicador al señor Right, quien aún intrigado por las extrañas palabras antes mencionadas, decidió continuar la conversación esperando aclarar ciertas dudas que había generado la charla con la chica. — Habla Right… — Escucha encargado —levantó la voz estrepitosamente provocando ligera sordera en el corregidor—. Aquella voz continuó mencionando que hace aproximadamente un año había desaparecido un precandidato a líder, y como los delegados concluyeron que tuvo que ser alguien de extrema confianza por las excelentes habilidades de combate para lograr atraparlo, tras escuchar aquella información Sky cambió su rostro haciendo que frunciera su entrecejo ligeramente y siendo notada por únicamente por Víctor en lo que Right continuaba escuchando por el comunicador sobre la ayuda que requerían para que la investigación sea lo más discreta posible, especialmente a un mes de la ceremonia para cambio de líderes de distrito. — Entiendo la participación de mi subordinado en todo esto, pero— miró por el rabillo del ojo a la joven — ¿Por qué enviaron a buscar a la chica? — Digamos que necesitaba a un digno representante para que estuviera al tanto de la situación —respondió sarcástico— supongamos que ella es una especie de corregidora entre los líderes de Hope, pero su cargo es un poco más elevado que ustedes. — ¿Debería considerarlo un agravio al continente? — Considérelo como un halago o como sea, enviaremos un barco hasta su puerto mañana a las 3 de la madrugada, sin embargo, solo la chica y el corregidor deberán subir, si alguien más aborda todos mueren, si intentan perseguirlos en otros navíos, daré la autorización para atacar ¿tiene alguna duda? — De acuerdo, así se hará. La comunicación se cortó de inmediato después de tan satisfactoria respuesta por parte del corregidor, quien luego de colgar tragó su orgullo herido y se dirigió al novato: — Preparen todo para el viaje, no sabemos cómo es el mundo en Hope — indicó a sus subordinados— Víctor, quiero que mantengas todos tus sentidos alerta; en caso de emergencia ya no te podremos respaldar. Luego de decir tal orden se dirigió de inmediato a la joven escéptica, quién en ese momento estaba por irse del lugar, el motivo de que frenara su salida era para pregunta sobre aquel código de palabras con el que habían verificado su identidad en la transmisión, por su parte Sky frenó un momento su partida para regresar su mirada al jefe mientras lentamente caminaba hacia él. — No es un código— respondió indiferente— ¿no es el lema de su familia también? —insinuó irónicamente—. — ¿Cómo es que sabes el lema de mi familia? — cuestionó el hombre anonadado por aquel enunciado— es imposible que alguien como tú lo conozca. — En el nombre de Dios —pausó un momento mientras se aproximaba aún más— cumpliré mi destino cuando me necesites —parafraseó la joven para luego acercarse lentamente al corregidor y hablarle por encima del hombro— o tal vez, sea misión cuando el necesitado lo quiera, todos esos lemas varían del original, “En el nombre de Dios, volveré a cumplir tus órdenes cuando él me necesite”, casi todas las familias originales de Astra tienen ese lema en honor al éxodo del primer poblador de este continente. — A que te refieres con eso— dijo el hombre dudando de su propio lema familiar un instante—¿Qué sabes sobre el origen de Astra? — Tú deberías saber más —Indicó mientras se apartaba de nuevo— ¿acaso se concentró tanto en la historia de Hope que descuidó la suya? — Será mejor que te prepares para el viaje. — Si gracias, no he dormido bien desde ayer. La chica lentamente se retiró mientras se balanceaba un paso a la vez como si estuviese jugueteando con su propio caminar; se comportaba como una niña cuando tenía la oportunidad al parecer e ignoraba todo lo que sucediera a su alrededor, en especial la mirada del señor Right junto con el resto de personal que solo se abría paso como si intentará evitar que la personalidad de la muchacha se les contagiase cual enfermedad, por su parte el jefe de corregimiento quien en ese momento no pudo mover un músculo ante tal dato revelado solo la observaba alejarse indiscriminadamente.
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