Destino cruel: Primera Parte

3140 Palabras
Centuria era el continente más pequeño entre Astra y Hope, sin embargo, la gran extensión rocosa; producto de las inclemencias del tiempo aún conservaba parte de ciertas estructuras de las civilizaciones perdidas hace algún tiempo atrás, entre ellas una extensa red de túneles que se intrincaba en complejas derivaciones, posiblemente a una salida o a encontrarse con la muerte misma, el lugar no tenía posibilidades de mantener un ecosistema fructífero y además de escasas vertientes de agua fresca casi al punto de extinguirse era muy difícil cultivar alimento alguno en ambiente tan impredecible que acechaba a sus habitantes con severas tormentas de arena y un gélido aire que dominaba todas las noches. Quienes vivían allí estaban únicamente como obligación militar si no por exilio por alguna fechoría en contra de su patria, pero además de ello era el punto perfecto para entrenar a la mismísima rosa azul, al igual que ser el sitio oficial de la última prueba que los herederos debían cumplir a toda costa, el enfrentamiento contra la rosa azul sería una advertencia para los demás habitantes sobre su comportamiento, sin embargo, su participación en el ataque les demostró a todos de lo que era capaz. La rosa azul se encontraba hipnotizada entre sus pensamientos en lo que sus ojos se fundían con el rojizo de la gran hoguera que consumía los c*******s de los enemigos que tanto le costó derrotar, por un breve momento sintió un ligero ardor haciendo que se fijara en su brazo solo para notar que estaba marcado por lo que parecía ser una mordida, alrededor de aquella herida se podía notar un color violeta que se entremezclaba muy lentamente con su pálida mano. De pronto sintió una infinidad de preocupaciones que volcaron en una lágrima de amargura, sabía que el tiempo que le quedaba era demasiado corto para cumplir con su misión y demasiado largo para sentir una agonía profunda al sentir como un ardor indescriptible comenzaba a recorrer por su cuerpo, era como si un ácido quemara sus venas lentamente lo suficiente para sentir cada segundo pasar como si fuese una eternidad, una emoción de dolor se hizo presente de pronto y la acción rápida de cubrir la herida con un trozo de tela antes de que su camarada se le acercara preocupado. — Por suerte los viñedos y la casa no sufrieron daños graves, pero estoy seguro de que volverán a atacar ¿estás bien Sky? Te veo muy distante —preguntó Namir mientras trataba de animar a su amiga de la infancia—. — Solo estaba pensando —pausó un momento para tomar aire— No se detendrán a seguir sacrificando gente inocente en su estúpido juego, de eso estoy segura. — Cuando estábamos en la casa con ese hombre ¿Víctor? Poco antes del ataque —la miró por un momento antes de esquivar su visión a la hoguera— ¿no crees que hubiera sido mejor que le dijeras la verdad? — Voy a dejar que me capturen — respondió intempestiva mientras esquivaba la pregunta de Namir— Será mucho más sencillo saber su escondite y encontrar al culpable de todo esto, además ustedes podrán mantenerse a salvo —respondió aún con sus ojos perdiéndose en el esplendor de la fogata—. — Hemos estado juntos lo suficiente como para reconocer esa mirada —volteó con ella— Sabes que te amo lo suficiente como para dejarte ir ¿verdad Sky? – preguntó el joven enamorado mientras tomaba disimuladamente la mano de su acompañante. — Lo sé —apretó ligeramente su otra mano herida — pero aun así irás a buscarme ¿no es así? —pausó mientras miraba a su acompañante con melancolía—Diles a todos que los herederos y Víctor fueron asesinados, eso debería mantenerlos distraídos por un tiempo y que se fijen únicamente en mí. — Voy a darte dos días —continuó— al atardecer del segundo saldré y te buscaré en cada rincón del planeta, viva o muerta te encontraré Sky. Pero tú prométeme que te mantendrás con vida todo lo posible. — Haré lo que pueda —respondió sarcástica— dile a tu padre y a Kamil que los amo, a Víctor dile que le pido perdón por lo que sucedió – dijo como último comentario la joven rosa mientras soltaba su mano y se internaba en lo profundo del desierto, hasta que su silueta desaparecía en el horizonte nocturno—. La fogata poco a poco terminaba por consumirse hasta dejar una línea de humo en el horizonte, al mismo tiempo Namir luego de asegurarse de que todo sobreviviente supiera de la muerte de los herederos y el extranjero, se redirigió al escondite con su familia, cada cierto tiempo vigilante de que nadie lo siguiera, extrañamente el paisaje se tornaba peligroso en todo momento, y el aroma putrefacto asolaba cada rincón desde el ataque que había cobrado miles de víctimas, los grandes destrozos alrededor dejaban un panorama lamentable lleno de llantos de familiares hacia las víctimas que sucumbieron por tal desgracia, mujeres que habían perdido a sus hijos en la batalla buscaban desconsoladas esperando encontrar al menos una pista de los pequeños, mientras los hombres soltaban gritos llenos de ira al ver a sus esposas e hijos entre los c*******s que se amontonaban para quemar por órdenes de la rosa. Sky por su parte continuaba siguiendo el rastro de aquellos extraños seres a través de las antiguas estructuras que remontaban una ciudad ya extinta y sin nombre alguno, entre las desgastadas paredes y edificios derruidos por el tiempo observaba miles y miles de huellas dejando a la mujer aterrorizada por ver aún más huellas de las que estaba rastreando hace ya varias horas, pero de pronto sus temores aumentaron a tal grado de mostrarse en su rostro al ver entre los escombros de lo que fue un gran lago lleno de c*******s de esas mismas criaturas, al parecer durante el trayecto se notaba que varios habían perecido sino asesinados por otros de su misma especie, un sudor frío bajo por la nuca de la mujer mientras planeaba cuál sería su siguiente movimiento, pero el temblor en sus manos la distraía enormemente, cuando las vio para inspeccionar el por qué su rostro cambió con un aspecto más decidido que nunca; su tiempo se estaba agotando por el veneno que tornaba de un color violeta hasta llegar a cubrir casi por completo las manos de la joven, de inmediato continuó por su trayecto esperando poder encontrarse a su destino cruel. Por otro lado, en el escondite, El señor Evengreen destapaba su tercera botella de vino para beberla durante su guardia a las afueras de la cueva, mientras en el interior de aquel oscuro lugar, Kamil suturaba habilidosamente hasta sellar la herida de Víctor, una vez curada correctamente guardó los materiales y vendó el torso del muchacho mientras la oscuridad de la noche impulsaba a la bella joven dirigirse en compañía del corregidor por suministros y materiales para crear una fogata que los calentara en aquel frío lugar. — Debo decir que eres muy buena— agradeció tímido— parece mentira que una flecha estuvo a punto de traspasar mi hombro. — No sé decir si eso fue un halago, tomando en cuenta que es la costumbre por vivir aquí —respondió burlonamente la joven mientras buscaba en un almacén lleno de suministros un tanto empolvados—. — Lo siento, no fue lo más inteligente, pero, lo que quise decir es… gracias por ayudarme antes —respondió el corregidor tratando de ocultar una ligera risa nerviosa en lo que acomodaba sus anteojos—. — Descuida, creo que fue un tierno intento fallido La joven soltó una tierna sonrisa en lo que abría un viejo frasco y sacaba de allí unas cuantas uvas para compartirlas con el corregidor, quien las recibió sorprendido de ver la cantidad de cosas que se encontraban allí, parecía un viejo almacén lleno de estanterías con herramientas, suministros e incluso algunos ropajes. — No esperaba que este sitio estuviera tan adecuado para una situación así. — Es uno de los varios escondites de la rosa azul —respondió mientras se servía una uva— pero este era el favorito de Alexander, prácticamente pasaba más tiempo aquí que en casa. La joven se dispuso a buscar en un viejo baúl de madera algo de ropa adecuada para el corregidor, encontrando de esta manera la vieja camisa del maestro Alexander, llena de nostalgia la abrazó por un momento y comentó al joven lo mucho que todos en la familia lo amaban, pero sobre todo Sky quien lo veía como el padre amoroso que siempre soñó tener, entre la plática el joven corregidor miraba en las estanterías los nombres de todos y se extrañó por el nombre de Lesli, sin embargo, esto no duró por mucho tiempo pues entre risas; Kamil le explicaba que se trataba del nombre de su padre, por un momento ambos comenzaron a reír por como su nombre desentonaba tanto con su apariencia, pero luego, las risas se apagaron cuando Kamil volvió a mencionar a Alexander y lo mucho que lo extrañaba. — ¿Qué hay de tu padre? —cuestionó esperando cambiar el tema— ¿está bien que él beba mientras hace guardia? – interrogó el joven tratando de colocarse una camisa de color n***o y manga larga—. — Lo extraño sería que no lo hiciera, además, papá es muy feliz cuando toma vino, después de todo le recuerda a mamá – mencionó la joven terminando de colocarle la camisa a su acompañante—. — ¿Tomar vino le recuerda a tu madre? Espera, acaso ella… — Mamá era la dueña de un famoso bar en uno de los distritos de Hope antes de conocer a papá—interrumpió la joven mientras se dirigía a las estanterías— De hecho, el vino que hace papá es una invención de ellos. Era la mujer más hermosa y según mi padre la más ruda, aunque no lo dudo si tenía que lidiar con ebrios todo el tiempo. — Si ese es el caso ¿Cómo hizo tu padre para conquistarla? — Es una historia muy graciosa en realidad —se acercó animosa al joven consiguiendo ponerlo nervioso— papá en ese entonces apenas había sido asignado como delegado principal y en la celebración se involucró en una pelea de ebrios, según él por defender a sus amigos hasta que vio a mamá llegar y mandarlos a todos por la puerta en menos de unos segundos —dio la vuelta para ver de lejos a su padre beber— Obviamente eso le llamó la atención a papá, así que primero aprendió a beber para resistir mejor el licor, comenzó a visitar el bar cada que podía después del trabajo hasta que un día, retó a mamá a un concurso de resistencia. Sabía que ella jamás se negaría y por supuesto aceptó –narraba la joven mientras intentaba encender con éxito una pequeña fogata—. — Así que aprendió a beber para poder verla más tiempo, no esperaría ese tipo de persistencia, pero, supongo que ganó el reto y se declaró ¿verdad? — No, en realidad perdió — contestó alegremente— pero si se le declaró en medio del reto, él propuso una apuesta que le interesó a mamá, él dijo: “si yo gano ¿podrías amarme?” — ¿De verdad dijo algo como eso? y tu madre ¿Qué respondió? — Ella dijo: “y si yo gano ¿Qué tengo a cambio?” —soltó una pequeña risa— claro que el comentario de papá la conmovió, pero lo que la convenció realmente fue su respuesta. En ese momento papá se subió a la mesa y dijo frente a todos —se levantó un momento imitando a su padre— “prometo amarte tanto como la existencia de las estrellas o incluso más”, Todos se rieron de él, pero eso bastó para que mamá se fijara en él. — Tu madre era muy gentil, de seguro fue una gran persona —comentó conmovido, pero de pronto un fugaz recuerdo apareció— Lo cierto es que lo último que recuerdo de mi madre es el día que se fue de la casa sin dar explicaciones y nunca volvió. — Estoy segura de que tu madre te amaba, pero a veces debemos tomar duras decisiones, pareciera que lo hacemos por el bien de los demás, pero, olvidamos lo que sienten otros ante aquellas decisiones. — Eso supongo. El silencio de la pareja de pronto se hizo uno con el cálido de la fogata que brillaba vigorosamente iluminando la caverna, las pequeñas chispas que se soltaban en el aire rotaban con un toque artístico entre la mirada fija de ambos que de pronto sentían el tiempo detenerse, hasta que la impresión de ser interrumpidos abruptamente provocó un brusco desvío de sus rostros. Se trataba de su hermano que había llegado segundos antes y un tanto agotado por la larga caminata y un peso extraño que cargaba en su hombro derecho, agobiado por el largo viaje que había tenido por delante lanzó al fuego el enorme bulto que se trataba de la cabeza de uno de los atacantes — Veo que el extranjero ya está recuperado —mencionó con una expresión de desencanto el joven Namir—. — Qué bueno que estés bien hermano —comentó la joven amablemente—¿Por qué trajiste esa cosa hasta aquí? — Sky dijo para examinarla, pero según vi, no tenemos otra más que revisarla mientras se está quemando, por ahora es la única forma de evitar que nos encuentren. Ya que al parecer son atraídos por el aroma de su propia sangre. Supuso el joven mientras se quitaba su camisa llena del líquido viscoso y la arrojaba al fuego junto con la cabeza, sin pensarlo dos veces se dirigió a tomar un trago de agua de uno de los tantos barriles y se colocó una nueva camisa mientras el corregidor observaba los restos arder en la fogata, de pronto Namir tomando asiento y tratando de examinar los restos con un trozo de madera se percató de que su hermana lo miraba incesantemente. — ¿De qué hablas? — preguntó la doncella—¿quieres decir que el ataque a nuestra casa no fue coincidencia? ¿Dónde está Sky? – continuaba interrogando la guerrera mientras su intuición comenzaba a prepararla para lo peor de los escenarios—. — Al parecer no hay muchas diferencias entre ellos y nosotros a excepción de sus ojos de color rojizo —mencionaba en voz alta ignorando las preguntas de su hermana— las cicatrices marrones y marcas de mordidas. Será difícil reconocer quien está o no infectado…. — ¡Oye! — interrumpió el corregidor — tu hermana te hizo una pregunta ¿Por qué no nos dices en donde está Sky? –su mirada analítica lograba desvelar el rostro triste del guerrero y sentía como dentro de él comenzaba a abrirse un enorme agujero que casi consumía su aliento—. — Sky —pausó mirando a Kamil— decidió ir a entregarse al enemigo – respondió tratando de controlar sus puños que se cerraban profundamente intentando acallar su impotencia—. — ¡Que ella fue…! —contestó sorprendido Líes con un salto intempestivo y que de pronto reemplazo por un quejido de dolor que lo obligó volver a sentarse—. — No es cierto ¿Tú la dejaste hacer eso Namir? —cuestionó su hermana dejándose llenar de un sentimiento amargo— no puede ser ¡como dejaste que ella fuera sola a enfrentarse con quien sabe cuántos infectados! —se acercó a su hermano sujetándolo de la camisa mientras rompía en llanto— ¿acaso perdiste el juicio? Debimos ir con los demás guerreros, debíamos luchar todos, no enviar a uno solo a la boca del lobo y esperar si sobrevive o no. — ¡No podemos ayudarla, aunque queramos! —respondió violento, pero luego acalló para sujetar a su hermana en brazos— tu misma viste a esas cosas. Namir comenzó a consolar a su hermana mientras le explicaba como esas criaturas aumentan su número con una mordida, con tono serio solo podía mencionar lo difícil que se volvía cada vez más tiempo pasase con ellos en lucha puesto que en en cuanto son infectados, las victimas atacaban a quien se encuentre más cerca; fuera quien fuera, incluso mujeres y niños podían llegar a convertirse en enemigos peligrosos por culpa de esa mutación extraña y comentaba como el mismo había visto a dos de sus mejores guerreros convertirse, era más que consiente de que si alguien entrenado terminaba infectado se volvía en una maquina imparable y solo hubieran terminado siendo una carga más para su amada. — Morirá si la dejamos ir sola ¿es eso lo que quieres? porque yo no pienso dejarla morir, al menos no hasta que me responda algunas dudas —continuó el corregidor con una expresión seria mientras se dirigía afuera de la cueva—. — No es lo que yo quiero ¡eso tenlo por seguro! pero es lo que ella quiere —respondió fuertemente el joven enamorado provocando que Líes se detuviera intrigado por aquel comentario sin sentido—. — ¿A qué te refieres con eso? — preguntó Víctor un tanto confundido— ¿Qué es lo que ella quiere? —dijo acercándose lentamente al guerrero y lo miró a los ojos esperando una respuesta hasta que escuchó la voz de Kamil—. — Ella planea ¿pelear hasta la muerte? —se alejó de su hermano mientras lo miraba sollozante— ¿a eso te refieres Namir? Piensa sacrificar su vida… como aquella vez. – intentaba pronunciar la joven a punto de romper de nuevo en llanto—. — Ella… —pausó serio— tenía la misma mirada que entonces —respondió el guerrero mientras bajaba la mirada y recibía constantes golpes en el pecho de su hermana, quien no paraba de llorar y pedir explicaciones—. — ¡Y así dejaste que se fuera, cómo pudiste! —reclamaba furiosa— ¿Por qué lo hiciste?¡Sabes que no sobrevivirá esta vez! lo sabes… —dijo la joven mientras finalmente frenaba sus golpes contra su hermano y se dejaba abrazar para romper a llorar desconsolada—. El corazón del corregidor parecía crujir con el llanto de Kamil frente a sus ojos y la idea de perder a su compañera de manera tan absurda, de pronto el impulso invitó al joven Líes a salir de la cueva lo más rápido posible para tomar una bocanada de aire y controlar sus emociones a punto de explotar.
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