Narra Tom
¡No puede ser!, maldita niña, me niego a que ella tenga razón, me niego a que ir a pedirle disculpas, nadie pero nadie ha querido firmar conmigo este maldito proyecto, ninguno de los mejores empresarios más respetables y poderosos y todo porque no está la firma de esa niña, estas últimas semanas he estado del peor humor no solo por que nadie ha querido firmar mi proyecto sino que las palabras de esa niña se me repiten una y otra y otra vez en mi cabeza.
-Ok, no lo haga pero después de que usted le diga a sus próximos inversionistas que rechazó mi propuesta le aseguro que nadie pero nadie va a firmar con usted.
Dijo con esa sonrisa tan maravillosa que tiene y con esos ojos marrones y su... Maldita sea dije por dentro y enseguida estrelle el vaso de whisky que tenía en la mano contra la pared, y en ese momento entraron Scarlette y Amelia.
-Anda tranquila yo me quedo con él-le dijo Scarlette a Amelia.
-Sí señorita, permiso.
Ella entró a la oficina mientras yo me recargaba en mi escritorio, después de cerrar la puerta se sentó enfrente de mí.
-¿Se puede saber que te pasa?, hace semanas que tenes ese humor que no te soporto ni yo.
-Nadie pero nadie quiere firmar ese maldito proyecto porque no está la firma de esa maldita niña.
-Yo no puedo creer que todo el mundo te rechazo solo por que la niña te rechazó, en ese caso tenes que admitir que la "niña" tenía razón, pedirle una disculpa y admitir tu error.
-¿Una disculpa?¿mi error?- dije con una sonrisa burlona.
-Tom es fácil si quieres que este proyecto se haga con algún inversor importante, tienes que pedirle disculpas a la señorita, mándale un ramo de flores, invítala a una cena o que se yo, haz cualquier cosa que se te plazca pero tenes que admitir que ella tiene razón y eso me agrada- dijo con una sonrisa.
Scarlette es mi mejor amiga desde que estábamos en la secundaria, jamás hemos estados juntos, por que ninguno de los de ve al otro con otras intenciones y eso es lo que agradezco por que no me gustaría perderla como amiga, por que no solo es eso, también en una gran socia y un importante pilar en mi vida.
-¡Maldita sea! es increíble que esto me pase a mi.
-Siempre hay una primera vez para todos, si quieres voy yo y listo.
-Ok anda y decime que opinas, sabes que tu opinión es importante para mi-dije intentando convencerlo.
-Sos un desastre, pero me gusta que infles mi ego como mujer así que voy a ir a la empresa de esa señorita y te digo mi resultado.
-Genial, muchas gracias.
Dije con una sonrisa, ella se levantó y negó con la cabeza, salió de mi oficina y yo suspire, espero que logre algo por que si no voy a tener que usar medios que no me gustan usar, y eso... es pedir disculpas y admitir una derrota.
Narra Elizabeth.
Estaba en mi oficina leyendo y organizando todo porque dentro de una semana tenía que viajar a New York porque era el cumpleaños de mi papá y mi tía quería organizar una fiesta como todos los años y yo no podía faltar, cuando estaba por terminar mi lectura el teléfono de mi oficina sonó.
Llamada.
-Emi, ¿dime que pasa?
-Desde abajo me informan que en la puerta está la señorita Johnson y dice que quiere verla.
-No tengo ninguna cita con ella, pero se quien es asi que déjala pasar y que entre a mi oficina.
-Está bien Liz.
-Gracias Emi.
Colgué la llamada y me recargue sobre mi asiento, se me hace raro que la socia principal del señor Sharpe esté aquí, después de nuestra reunión, unos minutos después escuche como golpeaban la puerta de mi oficina.
-Adelante.
Dije sentada en mi sitio, después de unos segundos vi como entraba la señorita Johnson.
-Buenas tarde- dije mientras me levantaba para saludar a la señorita como correspondía.
-Buenas tardes- dijo ella con una sonrisa, le indiqué que tome asiento y así lo hizo.
-Señorita Johnson es un placer por fin conocerla en persona, ¿a que debo el honor de su presencia en mi empresa y sin una cita establecida?- dije con las manos sobre mi escritorio.
-Vengo a ver si podemos hacer algún tipo de proyecto juntas.
-¿Viene en representación de usted misma o de su gran amigo y socio el señor Sharpe?-dije con una sonrisa y me recargue sobre mi asiento, con los brazos cruzados.
-Niña lista.
-Ya veo, el señor Sharpe la mando.
-¿Cómo lo supo?
-Muy simple, es el único señor que me ha llamado así desde que estoy a cargo tanto de proyectos como de mis empresas, es el único arrogante que conozco que con solo verme se ha rehusado a hacer un proyecto conmigo por la apariencia de mi edad- dije con una sonrisa y una ceja arqueada-El señor Sharpe se llevó por el número de mi edad pero no por el número de mis proyectos, triunfos y de mi conocimiento, así que si viene en representación de él, hágale saber que tengo 27 años, que termine mis estudios a los 19 por que me adelantaron de semestres y termine mis estudios con la mejor calificación de mi grupo y con los mejores honores, dígale que a los 18 años mi padre me dejó a cargo de mi primer proyecto sola y que con un solo acuerdo a la empresa le hice ganar más de 50 millones de dólares, dígale que a la edad de 22 años termine mi licenciatura de negocios internacionales y que a los 23 me recibí de políglota y por último dígale que tengo mas de 25 proyectos hechos y otros 10 en curso, dígale que tengo sucursales en Suiza, España, Chicago, París y China. Dígale que mi edad es solo un numero y que ese número no tiene que ver con mi conocimiento, que soy tan o más responsable que él, y que la próxima vez no mande a su socia para corregir sus errores que si están tan arrogante para criticarme por mi edad que venga a criticar su error en mi cara. ¿soy clara o quiere que le de mi curriculum completo?
-Señorita Goldstein yo se que Tom se ha equivocado al ver sólo su apariencia pero....
-Pero nada, Señorita Johnson si su socio quiere hacer negocios conmigo va a tener que venir el a pedirme una disculpa como corresponde, es un hombre grande y debería admitir que una "niña" como yo ha tenido la razón, que esta "niña" está más capacitada de lo él ve, y si él viene hacia mi es porque ninguno de los mejores inversionistas quiso firmar con el solo por que me rechazo, así que yo creo que no tiene nada más que hablar en representación de el.
Dije que muy seria, ella iba a responder pero en ese momento se abrió la puerta dejando ver a Sebastian.
-Perdón, no sabía que estabas ocupada, Emily no está.
-No te preocupes, la señorita Johnson ya se retiraba.
Dije con una sonrisa mientras me ponía de pie igual que al igual que la señorita Johnson, ella agarró su cartera y estrechamos las manos, pero antes de que se vaya lo detuve.
-Señorita Johnson-dije y ella se dio la vuelta- si en algún momento quiere hacer negocios conmigo voy a estar encantada de hacerlos pero por favor no vuelva mas en representación de terceros es muy poco ético, yo se que el señor Sharpe es su amigo y socio pero debería dejar que arregle sus errores él solo y por lo que he visto hoy no es de los que admite una derrota o pide disculpas.
-Es muy inteligente y suspicaz señorita, su padre debe ser un hombre muy orgulloso por tener una hija así, encantado de hacer negocios con usted muy pronto sin tercero, que tengan una buena tarde.
- Gracias e Igualmente- dije con una sonrisa y ella me la devolvió, salió de mi oficina y entró Sebastian.
-¿Estás lista?- Preguntó con una sonrisa.
-Si me pongo mi abrigo y nos vamos.
-¿Qué fue eso?
--El imbécil del Señor Sharpe enviando mensajeros para no admitir su error-Dije con una sonrisa.
-No entiendo- dijo mientras se cruzaba de brazos y se apoyaba en el marco de la puerta.
-El señor Sharpe mandó a la señorita Johnson para hablar sobre el proyecto que tenía con su amigo.
-Ah entiendo, ¿y qué le dijiste?.
-La verdad como siempre lo hago- le dije con una sonrisa mientras me acercaba a él.
Salimos de mi oficina y nos fuimos a comer.
Narra Tom
Estaba en el estudio de mi casa revisando documentos, pero la verdad es que no estaba muy concentrado, estaba nervioso esperando la llegada de Scarlette, quería y necesitaba que me dijera lo que había hablado con esa niña después de seguir con lo que estaba haciendo siento que golpean la puerta.
-Adelante.
-Imbécil.
Fue lo primero que dijo Scarlette apenas cruzó la puerta de mi estudio.
-¿Disculpa?- dije completamente desentendido por su insulto.
-Que eres un imbécil, eso es lo que piensa la señorita Goldstein y yo también.
-¿Desde cuándo te importa lo que diga esa niña?
-Desde que hoy, esa "niña" cómo tú le dices es mucha más de lo que aparenta y eso te convierte en un imbécil- dijo esa sonrisa tan burlona que odio tanto cuando la usa conmigo.
-¿Puedes explicarte más que no entiendo?- le respondí mientras me recostaba sobre mi asiento.
-¿Sabías que su padre a los 18 años la dejó a cargo de un proyecto a ella sola haciéndolo ganar más de 50 millones de dólares? La señorita Goldstein se graduó con las mejores notas y con los mejores honores a la edad de 19 años, a los 22 terminó su licenciatura de negocios internacionales y globales, a los 23 se recibió de políglota y ahora que tiene 27 años tiene más de 25 proyectos hechos y 10 en curso, tiene sucursales por todos lados manejados por ella sola, así que amigo mío a mí no me envíes más por ti, por qué me dijo que si quieres hacer negocios con ella que vayas en a pedir una disculpas sinceras y que admitas tu error.
-¿Disculpas?¿Mi error? Yo no pido ni disculpas ni admito nada, esa niña no sabe...
-El que no sabe eres tu Tom, la señorita Goldstein es mucho más de lo que piensas. Mi opinión es que reveas la situación, si te unes a ella vas salir ganando y no solo en lo profesional- dijo con una sonrisa.
-No te entiendo- le respondí desviando la mirada.
-Yo creo que sí- respondió mientras se levantaba de su asiento- Bueno me voy que tengas buenas noches.
Yo no le respondí y ella se fue, no puede ser posible, no puede ser que esa niña me quiera ganar a mi, pero muy pronto sabrá quién es Thomas Sharpe, yo nunca pierdo y menos con una niña. Voy a seguir el consejo de Scarlette pero lo voy a usar a mi favor, a la noche llame a mi secretaria para que me haga una reservación en el mejor restaurante de Londres.
A la mañana siguiente me levanté hice mi rutina de todos los días, salí de mi casa y antes de llegar a la empresa pase por una tienda de flores, elegí las mejores rosas, las pague y pedí que lo manden a la empresa de esta niña y después me fui para mi empresa.
Eran las diez y media de la mañana y para este momento ya debieron entregarle las flores a esa niña, agarre mi teléfono y llame directamente a su oficina.