Capítulo 36. Un contrato del pasado, una firma del futuro. Él me miraba con algo parecido a ternura, mi piel lo sentía asi. No dijo nada. No tenía que hacerlo. Había algo en su forma de mirarme que bastaba para desarmar cualquier defensa que intentara levantar. El viento se levantó, arrastrando el perfume de las flores que rodeaban el jardín. Sentí cómo el corazón me latía tan fuerte que parecía que él podía escucharlo. Mark extendió una mano, despacio, como temiendo que cualquier movimiento brusco me hiciera retroceder... pero ¿Iba a retroceder yo? Ni yo conocía la respuesta. Levantó su mano y rozó con los dedos la línea de mi mandíbula, apenas un toque, un roce casi imperceptible… pero suficiente para que mi cuerpo entero se estremeciera, la sensación de su piel sobre la mia llenab

