Claire limpió sus lágrimas con fuerza con el dorso de su mano y decidió no hacer almuerzo, si sentía hambre que se preparara algo él o pidiera una pizza, pero ella se declaró en franca rebeldía.
Que se creía Adam, ¿Que ella era su esposa para criar hijos, cocinar, atender la casa, y no para ser parte de los problemas, desafíos y temores que le aquejaban
Ella siempre quiso ser parte de lo que él había vivido, de lo que sintió al ser tratado injustamente, pero Adam siempre le frenó; ¿acaso no confiaba en ella?, No creía que ella era lo suficientemente empática para comprender, apoyar y alivianar sus cargas?
Estaba harta de Adam y su amargura, de su ensimismamiento, ya era suficiente, empezaría a pensar en ella como le dijo su amiga Susan, aún como le dijo esa misma mañana su hija Samantha. ¡Si empezaría a vivir!
Marcó el número de Sue, su amiga, repicó varias veces y la envío al buzón, entonces pensó unos instantes y siguió su impulso, le escribió a Nolan.
_¡Hola!—Díjo— Sé que no es nuestra hora de hablar, disculpa por escribirte, ojalá puedas ver mi saludo.
Se sintió tonta, pero no borro lo que escribió, decidió subir la habitación compartida con Adam por años, recoger sus cosas y pasarse a la habitación que habían usado sus hijas hasta que se fueron de casa
Era una habitación llena de luz, decorada para chicas, con dos camas, una cómoda en medio de las dos camas, con veladoras a cada lado de las camas, cortinas color rosa cubriendo altos ventanales.
Todas las habitaciones estaban en la parte alta, y ésta estaba justo al lado de la habitación que compartía con Adam, organizó sus pertenencias en los muebles destinados para ello, reorganizó su nueva habitación, se prometió comprar una buena pintura para las paredes y así imprimir su personalidad allí.
Recorrió la habitación con la mirada y se sintió liberada de algún modo de Adam y su estado de amargura; ya había empezado a hacer cambios en su vida y se sentía tan bien, hacía mucho que no experimentaba está sensación.
Sintió algo de alivio y paz dentro de ella, respiro profundo y se encamino hacia la cocina a prepararse algo de comer, vio hacia el cobertizo dónde Adam tenía su taller y no lo vio, se encogió de hombros y decidió cocinarse algo rico y sencillo; consentirse, ella se lo merecía.
Se hizo una ensalada súper light, una pechuga fileteada a la plancha con un poco de arroz blanco,se dispuso a degustar su almuerzo y olvidarse de todo.
Adam entró a la cocina y miró lo que ella comía, miró si había algo que comer y solo se encogió de hombros, salió rumbo a la calle, Claire sonrió con satisfacción.
Terminó su almuerzo, subió de nuevo a su nueva habitación y paso el resto de la tarde reorganizando todo para estar lo más cómoda posible, luego fué hasta la puerta de la habitación y miró todo con satisfacción, solo faltaba cambiar ese color rosa,sonrió con ternura, evocando a sus hijas cuando estaban aún en casa.
Se sintió satisfecha del día que había vivido, de las decisiones que estaba tomando, de sentirse libre de alguna manera de la amargura de Adam que muchas veces la asfixiaba.
Decidió,dar una vuelta por su jardín y darles un poco de cariño a sus plantas antes de que el sol empezara a declinar; habló con sus rosas, con sus lirios, los consintió un buen rato; así era ella conversaba con sus plantas como si fuesen personas, quizás por eso no se sentía tan abandonada.
A pesar de lo tedioso que hasta ahora había vivido con Adam, siempre busco un motivo para no caer en depresión o sentir ansiedad, primeramente su trabajo al llegar a casa, sus hijos quienes le daban motivación para ser fuerte.
Al culminar con la tarea de revisar su jardín y dejar todo en orden decidió sentarse en su sala y leer un buen libro, era domingo y siempre los domingos prefería leer en las tardes, generalmente nunca hacia ejercicios los domingos.
Ya entrada la noche,se preparó algo para comer y prepararse para ir a su nueva habitación y disfrutar de su libertad; a todas éstas no había visto a Adam, se encogió de hombros y subió a su habitación.
Ya eran más de las 9:30 de la noche cuando sintió subir a Adam, espero un momento y ver si el tocaba en su habitación cuando se diera cuenta que ella se había cambiado, pero no pasó nada.
Tomó un baño caliente para relajar un poco los músculos de su espalda, se metió en su cama a disfrutar de las redes, que era cuando decidía darles todo su tiempo.
Vio que tenía varios mensajes de w******p; uno era de su amiga Susan le había escrito a su w******p, disculpándose por no atender su llamada; sonrió levemente y le envío un mensaje en respuesta a su amiga, —¡Hola! Amiga, quería saludarte solamente,—dijo a Sue— no te preocupes, otro día hablamos.
También había uno de Rebeca, su hija, decidió también responder— ¡Todo está bien mi niña, cuídate! Había otro de Adam jr,— ¡Gracias hijo también te amo! Sonrió al ver los saludos de sus hijos, los amaba muchísimo y respondió a cada uno, amaba a sus hijos muchísimo.
Dedicó saludos a todos los que se acordaron de ella, reviso su f*******: unos minutos, luego abrió i********: y vio a sus seguidores, no eran muchos, pero dedicaba algunos minutos en participar de la poca distracción que tenía.
Vio el messenger y vio que Nolan estaba activo a esa hora, sintió un cosquilleo en su estómago , suspiró y decidió iniciar su conversación habitual con su amigo.
—Hola Nolan, como fue tu día? dijo a su amigo virtual— espero no haberte importunado.
—¡Hola cariño!— ¿Importunar tu?—dijo con picardía— ¡Jamás amor! Siempre eres bienvenida a mi vida—le dijo con ternura— si que me sorprendió tu mensaje a esa hora, pero debe haber una buena razón para ello,¿ o me equivoco?.