**ALONDRA**
Mi corazón dio un vuelco tan fuerte que por un momento creí que se me saldría del pecho. ¿Ella también lo había sentido? ¿También había notado los cambios sutiles en mi madre, las miradas perdidas, los silencios prolongados?
—No lo sé —admití finalmente, y mi voz se quebró ligeramente al pronunciar esas palabras que llevaba días evitando decir en voz alta—. La siento distinta, madrina. Diferente. Y por más que trato de preguntarle, no me dice nada. Es como si estuviera cargando con algo pesado y no quisiera compartir el peso conmigo.
Mi madrina suspiró profundamente, un suspiro que parecía llevar consigo el peso de muchos años de amistad y secretos compartidos. Bajó la mirada por un segundo, como si estuviera tomando una decisión difícil, y luego me hizo un gesto suave, pero
