**BIBY** Lo vi. Lo vi con mis propios ojos, y aun así, no puedo aceptar que sea verdad. Marcus. Mi Marcus. El hombre que juró que yo era su calma, su caos, su todo. Aquel que prometió amarme hasta el fin de los tiempos. Y ahora lo veo, besándose con otra, como si yo nunca hubiera existido, como si nuestra historia fuera solo un juego barato que él abandonó sin remordimiento. Ella reía con ganas, despreocupada. Él la miraba con esa mirada que guardo en mis recuerdos, esa que casi podía sentir en mi piel: la ternura, el deseo, esa chispa que hacía que mi corazón latiera con más fuerza. Pero ahora, esa misma mirada, dirigida a ella, me traspasa, como una daga que rompe mi alma en pedazos diminutos. Soy solo un recuerdo, una sombra de lo que fue, una chispa apagada en la fría oscuridad de

