CAPÍTULO 25.-3

1182 Palabras

No hace falta que mire. Ya lo sé. Ese tono, esa pausa solemne… Es el espía de mi madre, como suelo llamarlo. No un simple mayordomo, sino un sabueso disfrazado de etiqueta. —¿Sí? —El señor Pulitzer, está aquí para verle. —Hazlo pasar. El hombre desaparece tan silencioso como aparece. Acto seguido, se abre la puerta y Gary Pulitzer entra con paso firme. Su cabello está un poco gris y está peinado con esmero. Viste como siempre de traje, inmaculado, pero sus ojos tienen una calidez que me desconcierta. —Nicoló —dice, con esa sonrisa de afecto genuino que me hace cuestionar todo lo que Franco insinuó sobre él, Raven y Emilio. Le devuelvo una sonrisa tensa, pero educada. —Gary. Gracias por venir tan rápido. —Por supuesto. No me perdería una invitación tuya. —Se acerca, con una de sus m

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR