CAPÍTULO 29.-2

981 Palabras

Entonces la puerta se abre. El golpe de la manija es seco, y la figura que aparece en el umbral no es otra que se detiene en seco al vernos a ambos en la oficina. Su expresión lo delata incluso antes de que pueda disimularla. Sus ojos se abren apenas una fracción de segundo más de lo debido. La mandíbula se tensa. Y luego… sonríe. Una sonrisa cuidadosamente construida. —Vaya… —dice, entrando con lentitud—. Qué sorpresa. No lo es, al menos no para él. No completamente. Él no esperaba verlo aquí, tan pronto y tan decidido. —Buenos días, Franco —dice Nicoló con cortesía—. He venido a hacer acto de presencia. Creí que ya era hora. Franco asiente, caminando hacia el escritorio y tomando asiento en la silla como si aún le perteneciera. —Claro. Me alegra verte. Aunque pensé que… harías un ll

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR