CAPÍTULO 19.-4

520 Palabras

—Si me disculpas, tengo que ir con Emilio, — ella asiente y sin darle una segunda mirada a Franco, camino hacia el ala privada. El pasillo está en penumbra, solo iluminado por la lámpara del fondo. Abro la puerta del área común y camino unos pasos. me doy cuenta de que la puerta de la habitación de Nicoló está abierta y, por instinto, me detengo; sin embargo, no voy a entrar. Me repito mentalmente, pero mis pies, traicioneros, me llevan hasta allí. Me detengo antes del relleno de la puerta y lo veo. Está recostado en la cama. No duerme. Estaba despierto, con los ojos fijos en la puerta. En mí. Nos miramos unos segundos que se hacen eternos. Yo no muestro nada. Ni rabia, ni tristeza. Nada. Solo una quietud impasible, una máscara de hielo que me cuestas sostener. Él me miraba con hostili

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR