CAPÍTULO 24.-1

994 Palabras

La noche se ha asentado como un manto de terciopelo sobre la villa. Afuera, la brisa mueve levemente los árboles del jardín, haciendo que sus ramas rocen los ventanales con una cadencia suave, casi hipnótica. Dentro, reina un silencio apacible, de esos que no pesan ni incomodan, sino que reconfortan. Emilio duerme. Lo he comprobado dos veces antes de servirme siquiera un vaso de agua. Respira con calma, con la boca entreabierta, una de sus manitas extendida sobre la manta, como si aún buscara mi presencia, incluso dormido. Yo también estoy cansada. No físicamente, no del todo. Hay algo más profundo, más visceral. Un tipo de agotamiento que se asienta en el alma, que me hace agradecer hasta el más mínimo gesto de quietud. No tenía intención de cenar. Pensé en preparar algo ligero, pero cua

Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR